Hace algunos días medios especializados
citaron una declaración poco afortunada de Ralph V. Gilles acerca del
sobre-inventario de unidades Dodge Viper en los patios de la armadora.
En este planeta, cada quien puede tener una
opinión diferente acerca del porque un modelo halo como el Viper no ha cumplido
con las expectativas de ventas. Lo delicado es que el buen Ralph trabaja de CEO
de SRT, la marca a la cual Fiat obligo a Dodge a donar el Viper SRT como
modelo estrella y tope de la gama deportiva de la marca.
Según el Sr. Gilles, el problema de la falta de ventas del Viper, no es un problema de mercadología, ni de competencia, ni de producto, ni de volumen de producción.
Según el Sr. Gilles, el problema de la falta de ventas del Viper, no es un problema de mercadología, ni de competencia, ni de producto, ni de volumen de producción.
Ralph declaro que el Viper no se vende al
ritmo esperado por culpa del único actor de esta historia que no tiene voz
oficial ante los medios; El concesionario.
De acuerdo a las declaraciones del CEO de
SRT, el Viper no ha sido ordenado con las opciones de equipamiento o colores
que el cliente final requiere, lo que ha incrementado las existencias de
unidades en los patios de los dealers y ha reducido el volumen de comercialización
de unidades en toda la cadena de producción y surtido.
Hay varios factores que considerar antes de
culpar a los concesionarios.
El Viper es un modelo que no desplaza
grandes cantidades de unidades. Por lo tanto, ordenar unidades de este tipo
para stock es un riesgo enorme, aun cuando se trate de cantidades pequeñas. Si además
SRT ha condicionado el surtido de otros modelos o descuentos y rebates basado
en el ordenamiento de Viper’s, la receta para el desastre se comienza a
formular.
Pero analicemos además el producto. El Viper
ha sido una especie de torre de Babel en el que han influido Lamborghini,
Daimler, Fiat y ahora SRT, lo que ha provocado que el auto sea brutal si, pero
tan crudo y casi tan poco funcional como su primera edición.
Cualquiera que haya montado un Viper alguna
vez estará de acuerdo que provoca sensaciones viscerales, la mayoría
relacionadas con el miedo.
El temor, inseguridad y claustrofobia que
provoca la cabina del Viper solo se puede comparar con la de un vehículo de
NASCAR.
Es decir, el Viper no es un deportivo
civilizado para ir por tu hijo a la escuela.
¡Es una víbora que te morderá al primer
descuido!
Tomando lo anterior en cuenta, de tener la
cantidad suficiente de dinero para comprar un deportivo, ¿Elegirías un Viper?
Si consideras que para adquirir un Viper
requieres de $ 102,484 US Dls. Hay que analizar que por mucho menos dinero
puedes comprar, por ejemplo, un GT-R de Nissan, Camaro o Corvette C7 de Chevy,
Mustang, casi la mitad de los modelos de la gama 911 de Porsche y otros tantos
modelos Lotus.
Y muchos de ellos pueden ser usados sin
necesidad de nomex o casco.
Hay que señalar además que el Viper paso del
encanto novedoso de su primer generación, a una brutal revolución hormonal que
le otorgo a su segunda edición un encanto visceral que opaco al Corvette C6 en imagen, pero que se ha quedado corto en equipamiento y seguridad.
Pero esta tercera generación es el
equivalente a haber reemplazado al actual Dart con el Neón.
Si bien la habitabilidad que se le otorgo a
sus interiores fue una mejora evidente, el exterior luce de artesanal, no
terminado, como si estuviera en espera de un toque final que le otorgara una
actitud definida. Carencia por la cual aparentemente se le lleno de ductos, venturis,
entradas y salidas de aire.
Muchos esperábamos que el Viper reflejara un
poco de lo que Ferrari podía aportar, pero aparentemente no sucedió.
La siguiente generación del Mustang y del
Corvette que están a punto de llegar a las salas de los concesionarios, son otra razón por la cual es lógico que
muchos de los clientes potenciales del Viper se encuentren en espera de una
prueba de manejo del nuevo Chevrolet o las versiones de alto desempeño del
Mustang para estampar su firma en el cheque.
Mr. Gilles, los concesionarios son sus
principales aliados, no la carne de cañón para justificar su falta de cobertura
de objetivos.
La próxima vez piense antes de sacrificar la
imagen de sus socios comerciales.