General Motors lanzo el
Corvette C8 Stingray para generar hype, destronar al Ford GT y
ganar tiempo para la reinvención del Camaro. Pero pasaron por alto la
ley de Murphy y todo lo que podía salir mal, salió mal.
Los super autos, como el Ford GT, tienen una vida limitada. Un día los presentan, los millonarios los compran aun antes de que se produzcan, sus imágenes inundan la internet, y son lo mejor que ha pasado en la historia de la humanidad… Hasta que la competencia lanza un nuevo modelo y entonces, tu mercado se distrae, y los autos empiezan a entramparse en los inventarios de la planta.