Aston Martin viene luchando para
reconstruir su marca y prestigio, y lo ha hecho en base a desarrollos, renovación
de portafolio de productos, un equipo de Formula 1 donde corre el hijo del
dueño con Fernando Alonso de niñera, y dinero… ¡Mucho dinero!
El último eslabón de esta cadena de derroche que, fácilmente podría superar el presupuesto anual de un pequeño país, es el Valhalla, un superdeportivo que pretende llevar la conducción a un nuevo nivel donde la potencia, la tecnología y el diseño se entrelazan.