Durante 1960, un
equipo de ingenieros de
Ford, liderados por George Stirrat, participaban en el Proyecto
canadiense X, el cual tenía como objetivo desarrollar un
motor de bloque
pequeño, gran confiabilidad y
potencia para el Ford GT40, ya
que, debido a
un cambio en las
regulaciones de LeMans, el anterior motor 427, no cumplía con las regulaciones.
Pero eso no fue suficiente y el
equipo de ingenieros regresó a la mesa de diseño, tomo como base el 289 del
GT40 Mk I y incrementaron su desplazamiento hasta 302ci o 4.9L.
¡Había nacido el mítico motor 302
de Ford!
Para 1969, las versiones más
potentes del Ford Mustang y el Mercury Cougar Eliminator montaron por primera
vez un motor V8 302.
Aun cuando el desplazamiento era
similar, el motor de competencia era significativamente diferente al de producción
en serie, ya que, como es lógico, en el motor de producción había que
anteponer, sobre todo, la duración y confiabilidad.
Los primeros motores en los
modelos de Ford generaban de 210 a 230 hp y 300 lb-ft, dependiendo del modelo
en el que se montaban. Y en 1968 gracias a la colaboración de Carrol Shelby con Ford se produjo una versión de alto desempeño para el Shelby 350, el cual
generaba 306 hp y 310 lb-ft.
En 1969-70 el Mustang Boss
utilizo un 302 high output que alcanzó los 290 hp y 290 lb-ft.
Fue, sin duda alguna, la utilización
de este motor en modelos deportivos, sumado a su resistencia, lo que comenzó a
hacerlo altamente popular.
Pero los tiempos cambian rápido,
y en la década de los 70 las restricciones anticontaminantes y la tendencia a motores
de menor consumo llevo al 5.0L a generar apenas 130 hp y a que Ford analizara
seriamente su descontinuación.
El motor de bloque pequeño, fue salvado por los Pick-Up's.
Para 1979 y con el fin de utilizar el modelo métrico en el desplazamiento de sus motores, Ford rebautizo al 302 como 5.0L.
Durante los 90 se presentó el 5.0L
HO (High Output) y se unieron permanentemente a la imagen del Mustang GT.
Aun cuando el 5.0 regular se
mantuvo sin mayores modificaciones, el 5.0L HO tuvo modificaciones que le
permitieron generar 175 hp en 1984, 210 hp en 1986, 225 en los modelos de 1987
y 245 hp en el Mustang Cobra de 1995.
Durante la década de los 90, Ford introdujo, incluso en el Mustang GT, un nuevo V8 de 4.6L Modular. Para 1996, el
viejo 5.0L solo se montaba en la Ford Explorer. Y fue en el 2001 cuando el 302
o 5.0L original sería descontinuado.
Continúo vendiéndose como medio
motor, motor ¾, y motor armado (crate engine) casi hasta mediados de la primera
década del siglo XXI debido a la gran cantidad de vehículos que continuaba
circulando y que habían montado originalmente esa unidad de poder. Pero también
a la confianza que los clientes tenían en el motor que no solo era un gran
compañero en autos deportivos, sino también en vehículos de trabajo.
Fue hasta el 2011 cuando el 5.0 reapareció…
bueno, no exactamente.
Se lanzó nuevamente el emblema
5.0L, con un motor que ahora si tenía efectivamente, un desplazamiento de 5
litros, no 4.9 como su predecesor. Este motor, es el que conocemos también como
Coyote.
Sin duda fue una maniobra mercadológica
magistral, ya que el Coyote, derivado del motor modular que poco tiene que ver
con el original 302, revivió la sensación de confianza, durabilidad y potencia
que el 302 siempre había dado a los fans de Ford.
Para 2022 el Coyote 5.0L era ya
capaz de generar 450hp.
Sin duda el 5.0L, sea 302 o Coyote,
está íntimamente relacionado con la imagen de confiabilidad de los productos de
trabajo de Ford y con la de deportividad de la línea del Mustang. Incluso
cuando como unidad de potencia de serie no es la mas poderosa, ha sido en todas
sus ediciones lo suficientemente noble para admitir up-grades que
incrementen su potencia y por otra parte, lo suficientemente resistente, para
ser uno de los motores más confiables de América.
Créditos:
Imágenes:
Fast Lane Classic Cars
MotorTrend
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