Cualquier aficionado a los autos
ha tenido esa fantasía: ¿Y qué tal que pudiéramos tener un auto de carreras
para usarlo en las calles? Si claro, cuando te detines a pensar en los costos
que esto implicarias la fantasía termina, pero no deja de ser sugerente la idea
de tener tanto poder que nadie en las calles, nadie, pudiera alcanzarte.