Al igual que la electricidad, las
computadoras, internet y los teléfonos inteligentes, la Inteligencia
Artificial (IA) ha dejado de ser solo una ilusión de la ciencia ficción y
está integrándose en nuestras vidas.
Hoy en día, algunos han aligerado
tremendamente su carga de trabajo, estudio o análisis, mientras que otros
siguen dudando sobre su ética y relevancia. En la industria automotriz,
conocida por su capacidad de integrar tecnologías avanzadas, la IA promete una
transformación revolucionaria solo comparable a la invención del motor de combustión
interna, o de tecnologías de propulsión alternativas.