Como ya es costumbre, dejando
atrás el Black Friday, cuando el viento otoñal que ya refresca el aire nocturno y
matutino, te provoca escalofríos, hoy regresamos con nuestra lista que ya se
ha vuelto una tradición: Los 10 autos mas feos del año que está por terminar.
Claro, porque no tenemos por qué mentir diciendo que los fabricantes de autos siempre toman la mejor decisión. No señor. Muchos de los ejecutivos que toman las decisiones acerca de que modelo producir son "cuentafrijoles" (administrativos y contadores) de los fabricantes que llegaron a los altos puestos reduciendo costos, recortando empleos o con otras estrategias que no necesariamente aseguran su buen gusto.
Pero por otra parte, muchos de
esos estarán tranquilos porque con la invasión de automotrices chinas, las
malas decisiones se ocultarán bajo un buen número de peores decisiones de
fabricantes chinos que no entienden que el cliente occidental no busca copias
baratas, sino identidad y diferenciación.
Hay que ser muy objetivos,
analizamos mas que nada la cuestión estética. El rendimiento, conveniencia
seguridad y otros atributos de cualquiera de estos autos no son considerados.
Sin más, empecemos nuestro
conteo:
10. BYD Dolphin Mini EV
Tener un auto eléctrico altera la
mente de algunos propietarios, tanto así que algunos dueños de un BYD Dolphin
EV se han atrevido a blasfemar que su “pequeño cubo eléctrico”, tiene rasgos
del Lamborghini Huracán.
Bien, si alguien cree que un
vehículo cúbico tiene rasgos de exótico italiano, entendemos el grado de
alteración de la realidad que le pudo haber afectado al acudir al concesionario.
El Dolphin es un cubo de 4 ruedas
cuyo único rasgo dinámico son unas líneas de carácter en su perfil que, por si los
dueños de estos cubos de pilas no se habían dado cuenta, simula una aleta de delfín
en su perfil a la altura del poste C, además de unas molduras de estribo que,
para un ojo no entrenado, le dan la ilusión de cintura.
El interior es dolorosamente básico.
Tan así que sus pantallas van desnudas sobre el tablero y que el tiempo y la radiación
solar cobre el parabrisas se encargara de demostrar la poca longevidad de esta solución.
Como todos los “entry-level” el
Dolphin pasará a la historia como un auto que puede tener muchos méritos, pero
no el de la belleza.
9. GWM Ora 3
GWM es otro de esos fabricantes
orientales que copian diseños al viejo estilo chino. Para estos señores las
patentes e imagen de marca son un mito. Pero en algunas ocasiones dejan de lado
el papel carbón y hacen diseños propios. Este es el caso del Ora 3, un
eléctrico subcompacto muy extraño.
Una mezcla de claves de diseño que
hace un extraño maridaje de diseño de una Porsche Cayenne de primera generación
y un Nissan March.
Los early-adopters que se
adelantaron a la ola de eléctricos chinos con un Ora 3 se deben haber
sorprendido cuando pasaban los meses y ni sus amigos, familiares, colegas del
trabajo, o incluso desconocidos por las calles, aprobaban su decisión, tampoco se
emocionaban al ver su extraña lata de pilas y mucho menos compraban un Ora 3 como ellos.
¿La razón? Simple. Una mezcla de
precio alto y poca practicidad coronada por un diseño feo. Lo más feo será
cuando sus propietarios intenten venderlos y se den cuenta de que no podrán
recuperar más que una insignificante parte de la inversión que hicieron en el
auto.
8. Kia K3
Hubo una época dorada en la que
Kia, bajo la tutela de ex-diseñadores de Audi y BMW, logró interpretar el
minimalismo alemán y adaptarlo a coches accesibles con un éxito rotundo. El Rio
anterior era un ejemplo de honestidad y buenas proporciones. Pero esa época ha
muerto.
Ahora, bajo la bandera de su
nueva y confusa filosofía de diseño llamada "Opposites United"
(Opuestos Unidos), Kia parece haber intentado fusionar el rígido brutalismo
sueco de Polestar con una película de ciencia ficción de bajo presupuesto, todo
sobre la plataforma de un sedán económico. El resultado no es una unión de
opuestos, sino una colisión de ideas.
El frente es un caos de
iluminación. Las luces diurnas "Star Map" dibujan garabatos
innecesarios que intentan desesperadamente parecer futuristas, eclipsando la
parrilla "Tiger Nose" que alguna vez fue su identidad. Pero el
verdadero crimen está en el perfil: ¿por qué un sedán subcompacto necesita
molduras de plástico negro en los arcos de rueda y estribos como si fuera un
SUV aventurero? Es como ver a alguien usando botas de montaña con un traje de
oficina barato.
La retaguardia no mejora, con una
barra de luz de ancho completo que termina en unos "colmillos"
verticales que caen hacia la defensa, saturando visualmente un área que debería
ser limpia. El K3 no es feo por ser aburrido; es feo porque se esfuerza
demasiado en no serlo, resultando en un diseño estridente que envejecerá peor
que la leche fuera del refrigerador.
7. Hyundai Santa Fe
¿Cómo identificar un auto feo?
Bueno, es demasiado fácil. El primer indicador de que un auto es feo es que, a
pesar de no ser un auto premium de precio muy alto, se ven pocos en la calle. Y
si los ves, los olvidas pronto.
Por cierto, ¿cuándo fue la última
vez que viste por la calle una Hyundai Santa Fe? Es cierto, una de las
cualidades de Hyundai nunca ha sido que sus autos sean particularmente
atractivos, pero la Hyundai Santa Fe es un experimento fallido. Es muy fea, incluso
para los extraños estándares estéticos que Hyundai ha manejado en su portafolio
de vehículos de volumen.
Su extraña configuración
exterior, dominada por líneas horizontales, parece más de un crossover de los
noventa y nos recuerda al Ford Flex, un experimento de Ford a inicios de este
siglo que pasó con más pena que gloria.
Sí, Hyundai ha hecho algunas
reinterpretaciones de modelos del pasado en concepts, pero la Santa Fe, un
nameplate en su portafolio, merecía más dignidad que esto.
6. JAC E30X
Si el GWM Ora 3 te parece un auto
feo, prepárate, porque el JAC E30X eleva la apuesta. Este es el tipo de
vehículo no se ve mucho por las calles, lo veras mayormente en las salas de exhibición,
un espécimen rarísimo. Y si, por alguna extraña conjunción astral, llegaras a
ver uno por las calles, notarás de inmediato al conductor: con la mirada fija
al frente, las manos al volante y la nuca rígida, como si intentara evitar el
contacto visual con el resto del tráfico, consciente de que a su lado, los
demás conductores le miran con una mezcla de tristeza y desconcierto, pensando:
-¿Qué estabas pensando cuando lo compraste?-
Este pequeño coche eléctrico es
un subcompacto de dos volúmenes con un diseño tan básico y genérico que roza lo
insípido. Todo en su exterior grita "accesibilidad" y "bajo
costo", aunque su etiqueta de precio —entre 515 y 556 mil pesos— diga lo
contrario, desafiando cualquier lógica. Por esa cantidad, uno esperaría algo
más que un "autito de pilas" cuya única promesa es llevarte de A a B
con una estética de electrodoméstico mal diseñado.
Analicemos su "imagen":
es una copia china sin alma de un Fiat 500L, que ya de por sí no era un dechado
de belleza. El E30X intenta, desesperadamente, elevar su perfil con algunos trucos:
tratamientos bicolor en la carrocería, acentos de color en ruedas, espejos y
manijas, un techo panorámico que probablemente comprometa la rigidez
estructural de este diminuto vehículo y, por supuesto, la infaltable táctica
china de "apantallar" a los ingenuos con dos pantallas gigantescas en
el interior.
Con un largo de 4,025 mm, es más
corto que un Nissan Versa, apenas igual de ancho y más alto, lo que le da una
proporción extraña y voluminosa. Además, carga con un sobrepeso de 200 kg
comparado con el Versa, un lastre para su eficiencia. Puede que tenga
tecnología y sea una opción "ecológica" —si ignoramos la huella de
carbono de su producción y desecho—, pero atractivo no es, ni por asomo. El JAC
E30X es la prueba de que, a veces, un diseño sencillo pero honesto es
infinitamente superior a uno que se disfraza con artificios para ocultar su
mediocridad.
5. BYD M9
Las minivans chinas son una
especie tan misteriosa como desconcertante para el ojo occidental. Uno se
pregunta si los fabricantes de estos vehículos sufren de una alarmante escasez
de ideas sobre cómo llenar la inmensa fachada delantera, o si existe alguna
extraña obsesión cultural que les hace creer que una parrilla que devora más de
la mitad del frontal es sinónimo de lujo o estatus.
Tomando como base la silueta y
dimensiones de una barra de pan blanco sobre ruedas, la BYD M9 es otra de esas
aberraciones visuales que, quizás, en algún rincón de China sea considerada un
ejemplo de buen gusto… y nada más. El frente es un muro imponente, una mole
altísima dominada por una parrilla que cubre, sin exagerar, más del 70% de la
vista frontal. Es tan grande que la defensa delantera parece haber desaparecido
por completo, engullida por esa boca negra. Para rematar, a cada lado, unas
enormes simulaciones de tomas de aire aumentan aún más la brutalidad de su
altura, dándole un aspecto de aspiradora industrial más que de vehículo
familiar.
Los diseñadores, en su infinita
sabiduría, parecen haber olvidado que la armonía y las proporciones son clave.
El resultado es un frontal que parece haber chocado contra una pared y se ha
quedado ahí, aplastado y grotesco.
En el interior, la comodidad es
su mejor —y quizás única— cualidad destacable. Sin embargo, como todo vehículo
chino que se precie de "moderno", esconde la simplicidad y a veces la
falta de imaginación en su diseño con el truco barato de las pantallas desnudas
montadas detrás del volante y en la consola central. Grandes, sí, pero sin la
integración ni el refinamiento que esperaría un comprador occidental.
Si en imágenes ya es poco
atractiva, una vez que la tienes frente a ti en persona, la BYD M9 es aún más
fea. Es una declaración estética de que, a veces, la función no justifica una
forma tan desafortunada. Es la minivan que tu cuñado compraría para luego
arrepentirse.
4. Tesla Cybertruck
Cuando el material, color,
pantalla y diseño de tu refrigerador se parece sospechosamente al de tu pick-up…
algo marcha muy, muy mal.
El diseño angular de láminas
planas de acero inoxidable, sin pintura exterior y con más plástico en su
carrocería que una influencer de TikTok en el red carpet, no fue
una audaz declaración de futurismo, como pretenden los fans de Tesla. Fue,
descaradamente, el pretexto perfecto para reducir costos de producción a
niveles irrisorios, vendiéndolo como una "revolución".
Seamos honestos: la Cybertruck es
un vehículo que, sobre el papel, puede ser práctico, poderoso y ridículamente
rápido en línea recta. Pero atractivo, elegante, o incluso meramente agradable
a la vista, no lo es por ningún lado. Es una patada en lo bajos al diseño
automotriz que no busca seducir, sino impactar por lo grotesco. La mejor
muestra de que su "belleza" es un mito es el desplome en los precios
de las Cybertruck de segunda mano en mercados como Estados Unidos, donde la
demanda se ha reducido dramáticamente.
Claro, es una Tesla Cybertruck, y
es parte de un hype mediático magistralmente orquestado por una marca
liderada por una personalidad excéntrica.
La austeridad brutal tanto
exterior como interior —que, de nuevo, es solo un ahorro de costes disfrazado
de minimalismo— contrasta fuertemente con lo que el vehículo "ofrece"
contra otros competidores, sean estos de gasolina, diésel o eléctricos.
De toda la línea Tesla, la
Cybertruck será la que más sufra para ser generacionalmente sustituida, porque
incluso sus propios creadores tendrán problemas para justificar una evolución
de algo tan fundamentalmente… extraño. Y sí. Por mucho que digan lo contrario,
es innegablemente fea.
3. Toyota GR Supra
Sabemos que esto nos ganará el
odio eterno de todos los amantes de Rápido y Furioso, de los otakus
de las series de anime que endiosan los deportivos japoneses, y de cada petrolhead
que creció con pósters del Supra MKIV. Pero hay que decirlo sin tapujos: esta
generación del Toyota GR Supra, que afortunadamente está a punto de pasar a la
historia, ha sido la más horrenda personificación del legendario Supra. No solo
eso, sino también la más devaluada por no haber sido siquiera un Toyota de
verdad, sino un BMW Z4 disfrazado de forma barata de deportivo japonés.
Sí, ya estábamos al tanto de las
colaboraciones entre BMW y Toyota en celdas de combustible, baterías de
litio-aire y materiales ligeros. Una simbiosis ingenieril, decían. Pero esta
generación del Supra (A90) llegó justo cuando Toyota se complacía con la
estética de la anterior generación del Prius (uno de los autos más feos de
todos los tiempos) y cuando BMW experimentaba con sus parrillas de "bigote
de Hitler" sobredimensionadas. El resultado fue una tormenta perfecta:
todo lo que podía salir mal en términos de diseño e identidad… ¡salió
espectacularmente mal!
El nameplate de Supra,
legendario hasta la médula antes de esta infame encarnación, sufrió una
tremenda devaluación. Toyota dejó en claro que no le interesaba —o simplemente
no tenía la capacidad— de generar un deportivo propio, externalizando el
desarrollo a BMW. Y la cereza del pastel fue la horrenda carrocería, que es,
paradójicamente, lo único "japonés" del auto, si por japonés
entendemos un amasijo de líneas exageradas y soluciones forzadas.
Hablemos de esa carrocería. La
parte trasera es horrible,caída y con un monumental alerón trasero que mezcla líneas
rectas de su difusor, con las líneas sinuosas de su alerón en forma triste porque
todas las líneas exteriores de sus elementos “caen” hacia abajo. El auto está
plagado de tomas y salidas de aire NO funcionales, un enorme parche de
formas sinuosas sobre la puerta que simulan una toma de aire lateral NO
funcional y que se une a un costado abombado y francamente ridículo. Los
interiores son, por supuesto, de un BMW, al que solo le cambiaron el centro del
volante con un emblema de Toyota.
¿Quién en su sano juicio, y con un mínimo de gusto estético, preferiría este adefesio por encima de la versión original de BMW, el Z4, que al menos tiene la decencia de no fingir ser otra cosa? Increíblemente, hubo ingenuos que lo hicieron. La historia recordará al GR Supra A90 no como un renacimiento, sino como el capítulo más oscuro en la saga de un ícono.
2. GAC GN8
Otra aberración del transporte de
personal que tenemos que agradecer a los fabricantes de origen chino es la GAC
GN8.
Si ya dijimos que la BYD M9 es
fea, la GAC GN8 deja de lado la definición de auto feo y cae en lo grotesco.
Con una altura libre al suelo
reducida, una altura total considerable, y con una de las parrillas más
aterradoras del planeta, hay que ser muy valiente (o ejecutivo chino empleado
del fabricante) para querer manejar uno de estos vehículos. Por si fuera poco,
de noche sus enormes lámparas frontales se encienden y literalmente parecen
colmillos de vampiro.
Y es aquí donde regresamos a
tocar el tema cultural. Los fabricantes chinos creen que su concepto de belleza
automotriz debe ser aceptado alrededor del planeta. Pero ¿cómo les explicamos
que de este lado del mundo comemos caldo de pollo en lugar de sopa de
murciélago?
Sí, es cierto, el auto exagera
sus dimensiones en pos de algunas comodidades interiores, pero por su precio
puedes adquirir una SUV europea o americana con una vista exterior mucho más
agradable.
Es difícil explicar por qué
alguien podría querer arriesgarse a ser el hazmerreír en las calles montando
una de estas… “cosas”.
1. Lexus LX Hybrid
Si al escuchar el nombre no
logras traer a tu mente la imagen del auto al que nos referimos, no te
preocupes. Muchas personas no han tenido la impresión de ver a uno de estos
gigantescos adefesios por las calles.
Debemos decir que Lexus es uno de
los mayores responsables de haber impuesto esta absurda moda de las parrillas
de radiador gigantescas y la Lexus LX Hybrid sigue ostentando esta
característica.
En un segmento dominado por los
modelos de marcas americanas en las que la imagen es tan importante como la
potencia, seguridad, número de asientos, capacidades todoterreno, comodidades y
tecnología, Lexus ha ignorado que los clientes potenciales de estos acorazados
de tamaño completo también tienen una imagen que proyectar, y gracias a eso
Mercedes, BMW y Land Rover tienen una presencia notable en el segmento.
Pero la Lexus LX se regodea en su
fealdad. Enorme parrilla frontal. Un cofre con exageradas protuberancias y una
extraña depresión en el centro, el poste C más horrible en cualquier SUV de
tamaño completo y una vista trasera rígida y desangelada; este enorme Lexus es
un desafío al buen gusto.
Los excesos del exterior también
están en el interior: tablero tradicional con una consola central exagerada que
no son armónicos. Parece que la idea fue disimular con excesos una plataforma
que ya muestra signos evidentes de vejez.
Conclusion
En esta lista de horrores sobre
ruedas, queda claro que un mal diseño no está ligado exclusivamente al
precio de un vehículo. Ni el status de una marca legendaria ni la
cartera abultada de un comprador garantizan el buen gusto. Los fabricantes, ya
sean chinos emergentes o gigantes establecidos, cometen errores garrafales que
terminan en el asfalto.
Y no te dejes engañar: esos
excesos tecnológicos, como las pantallas gigantescas que se multiplican en los
tableros, suelen ser meros distractores. Pirotecnia digital diseñada para
desviar tu atención de aspectos mucho más fundamentales: la seguridad estructural,
el respaldo real de la marca, la disponibilidad de repuestos y la calidad del
servicio posventa.
Recuerda que, en cualquier
escenario, un auto representa una inversión considerable, una extensión de tu
personalidad y un reflejo de tus decisiones. Así que, antes de dejarte llevar
por el hype o las promesas vacías, mira bien el diseño. Analiza las
proporciones. Piensa si ese amasijo de metal y plástico realmente proyecta la
imagen que quieres. Porque, al final del día, tu coche es tu tarjeta de
presentación. Y nadie quiere que lo recuerden montado en una "cosa" fea.
Créditos:
Fuente e imágenes: Respectivos fabricantes ®
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