General Motors lanzo el
Corvette C8 Stingray para generar hype, destronar al Ford GT y
ganar tiempo para la reinvención del Camaro. Pero pasaron por alto la
ley de Murphy y todo lo que podía salir mal, salió mal.
Bajo el cofre, el nuevo Dark Horse R montara un tradicional V8 Coyote, 5.0 de cuarta generación.