Hace
unos años, si eras amante de los autos, aficionado al mundo motor, o estabas
relacionado con la industria, era parte de un ritual regular, caminar desde
casa u oficina a la tienda de revistas más cercana y pasar unos cuantos minutos
hojeando publicaciones, para terminar comprando siempre la publicación automotriz
de tu preferencia.
Si
además de esta, conseguías alguna edición era europea o norteamericana; ¡Mucho
mejor!
A
través de esas páginas, muchos supimos que era un motor en V, de que
nacionalidad era cada marca, que era el fuel injection y conocimos autos y
marcas de todo el mundo, muchos de los cuales no se vendían en nuestro país de
origen en tiempos que la globalidad era solo un sueño.
Gracias
a las imágenes de esas publicaciones conocimos el auto de nuestros sueños,
decidimos que auto tendríamos en el futuro y de qué color seria.
Las
publicaciones automotrices tuvieron una época de oro muy prolongada gracias a
un modelo de negocios que se mantuvo vigente a lo largo del siglo XX.
Contaban con un público objetivo de nivel medio-alto y las publicaciones eran un
negocio redondo; La publicidad era pagada al igual que muchas de las historias
o reportajes que se publicaban en donde básicamente se escribía lo que el
fabricante del auto quería que se publicara.
A pesar de lo anterior, estas revistas
gozaban de una enorme credibilidad entre sus lectores habituales debido a que
se destacaban muchos aspectos técnicos que incluso los concesionarios de las
marcas desconocían.
Además,
la publicación se vendía al público. Los ingresos de publicidad y
publi-reportajes generaban suficiente utilidad para que la publicación se
hubiera regalado, sin embargo el aficionado automotriz, ávido de información,
pagaba por ella; ¡El negocio era perfecto!
Hoy
muchas de esas publicaciones tradicionales en papel han desaparecido o desaparecerán
en el futuro cercano, básicamente por que los canales de comunicación que antes
cumplían estas publicaciones es obsoleto ante la inmediatez de los medios de comunicación
electrónica.
Hoy
día un canal de YouTube, una cuenta de Twitter, un newsletter o un blog
patrocinado es mucho más económico y más efectivo para que el publico reciba el
mensaje que el fabricante desea transmitir de manera económica, inmediata y
directa, estableciendo canales directos con el cliente que además crean vínculos
y sentido de propiedad al cliente.
Pero
a pesar de lo anterior, de la modernidad, aun no hay algo que sustituya la
lectura agradable, ligera, divertida e interesante, el diseño grafico de alta
calidad e incluso la publicidad en estas publicaciones.
Debemos señalar que la publicidad era, en la mayoría de los casos de estas revistas, magistral.
Había algunos anuncios que por su composición visual, estética y conceptual, valían
el precio de la publicación y que definieron la identidad de marca de la cual
aun gozan muchos fabricantes de autos.
Pero los
tiempos han cambiado. Muchos de quienes estamos relacionados con el mundo automotriz,
conocemos de las novedades de la industria al momento por otros canales.
Pero
antes que desacreditar a las publicaciones que ya han dejado de imprimirse y
aquellas que probablemente lo hagan en el futuro cercano, este es un
agradecimiento sincero, por el enorme trabajo intelectual, de diseño y artístico
que durante muchos años lleno el tiempo de lectura de muchos miles de personas
alrededor del planeta.
Hoy,
cuando revisamos algunos ejemplos de reportajes, notas, reseñas o publicidad de
los años del papel sesuimos maravillándonos.
Aun
cuando la tecnología ha llegado a límites que no imaginábamos hace 20 años, que
podemos ver los debuts de los más recientes modelos en cualquier auto show
alrededor del mundo en tiempo real, el arte, la originalidad, diseño detrás de
cada vieja impresión de papel se agiganta.
Con
unas cuantas frases, algunas hojas de papel y tinta, los viejos maestros de las
publicidad y marketing de las publicaciones automotrices eran capaces de transmitir sensaciones, emociones y
gustos que hoy día son difíciles de encontrar.
En
la actualidad quedan pocos honrosos
ejemplos aun en las tiendas de revistas. Es momento de agradecerles por todo su
extraordinario trabajo.