Hay algo que nos parece poco congruente acerca de Renault. Por una parte han demostrado hasta el cansancio que sus motores son capaces de dominar la F1 con amplia superioridad ante cualquier rival. Mientras en el otro extremo las pesadillas de los clientes acerca de la confiabilidad de algunos de sus autos de producción y los elevadísimos costes de mantenimiento.
El
Megane representa a la perfección esta dualidad, su diseño ha sido siempre
atractivo y en sus versiones sport, logra neutralizar las líneas femeninas que
siempre dominan sus diseños para entregarnos modelos que parecen impulsados por
gasolina y testosterona, al que lamentablemente le falla la confiabilidad mecánica
seriamente y es tema recurrente en aquellos aventureros que decidieron por este
modelo.
Renault
presentara su Gama Megane con nueva imagen a partir de Enero del 2014. Pero en
este caso específicamente esperamos que la renovación de su imagen altere
positivamente su calidad mecánica de manera que este a la altura de su nuevo
diseño.
El
Megane, como deportivo de la casa, adopto ya en la medida de lo posible, el agresivo
frente del Alpine A110-50 Concept, lo que está dando congruencia a la marca.
El
frente está dominado por el enorme emblema en cromo de la casa de la cual parten
cofre fascia y parrillas de enfriamiento.
La
gama comparte el nuevo frente, pero definitivamente cada uno de los modelos lo
transforma de manera efectiva en el carácter que el resto de su carrocería requiere.
El
Estate luce sobrio y conservador, el Hatch por su parte es congruente, pero el
poste C recuerda fuertemente al Opel-Vauxhall-Chevrolet Astra de generaciones
anteriores, lo que produce una sensación de Deja-Vu.
Mientras
las líneas del coupe son fluidas y atractivas, a pesar de no se dramáticas como
se esperaría de un auto con aspiraciones deportivas.
El
coupe es el mejor logrado en su estilo exterior.
En
su interior, el diseño es excesivamente femenino, muy limpio, libre de la
multitud de botones que los hombres preferimos.
Si
bien es ideal para el Estate, carece del carácter que el hatch y ya no digamos
el coupe requieren.
El
Megane RS será el exponente de la marca contra otros hatch de alto rendimiento.
Como tal, es el de un exterior más agresivo.
Sus
lámparas delanteras en fondo ahumado tienen un aire germano. La división de su
spoiler inferior en color contrastante es una recreación del spoiler de un F1 (según
Renault) que le otorga el pedigrí de su bagaje de competencia en la F1.
Aun
a pesar de todo su atractivo y agresivo exterior, el RS también posee ese tablero tan delicado y francés.
Unos cuantos gauges extras, molduras al color de la carrocería, botones grandes
y complicados de usar, e hilos contrastantes en su tapicería serian ideales
para otorgarle un carácter viril y masculino, acorde con un deportivo que
quiere mostrarnos que es heredero de la F1.
La
variedad de motores y opciones de equipamiento es tan amplia que después de
elegir tu Megane en el Dealer Renault, requerirás de un fin de semana en alguna
playa recuperándote de la resaca de elegir entre tantas opciones.
Como
siempre Renault hizo un trabajo estético muy meritorio. El RS es sin duda la opción
que todos quisiéramos tener. Esperemos que el costo mantenimiento,
confiabilidad del auto y calidad de servicio
en los concesionarios este a la altura de los que la marca espera en ventas.