Hay
autos que crean una marca. Más allá de las denominaciones, de los emblemas, y
las configuraciones, hay autos que se convierten en símbolos. Que son capaces de transmitir en lo que toma una primera impresión, en apenas segundos, toda la filosofía de
la marca que los fábrica, el bagaje de modelos históricos y la declaración
que a través de estos, hacen del futuro.
Al momento de su lanzamiento el
F-Type enfrento un difícil reto. Jaguar era una pieza de museo, una marca que
alguna vez fue deportiva y que perdió gran parte de su pedigrí al pasar por
manos corporativas. Las generaciones de menos de 40 no tenían claro lo que
Jaguar había sido en sus años de gloria.
El
F-Type sería el encargado de traducir esa herencia hacia el futuro… ¡y lo
logro!
Por encima de de sus cualidades dinámicas, es una excelente interpretación del deportivo ingles moderno.
Mientras
un GT alemán llegara a su destino rápidamente y brutalmente, aun a pesar de la
columna vertebral de sus pasajeros, y un Muscle-Car americano llegara
rápidamente siempre y cuando el camino sea una línea recta, el Jaguar no solo
es una manera de llegar muy rápido, sino
la manera de hacerlo rápida y elegantemente.
La silueta del F-Type es seductora y atractiva. Hace girar las cabezas aun de
aquellos a quienes los autos no les representan un interés especial.
Sus
dimensiones son relativamente compactas para los estándares actuales, en los que
incluso el Mini de Cooper ya no es tan mini.
Su
imagen abandona las elipses como lenguaje de diseño para adoptar líneas más congruentes con un diseño moderno, pero acorde a la filosofía de diseño de Jaguar de elegancia y pureza de propósito.
Su
parrilla no es más un ovalo horizontal tan difícil de hacer lucir en contexto en un auto de este siglo,
en lugar de lo anterior de adoptan exitosamente las formas ya vistas en el XJ y
XF, más definida.
Los
spoilers e inlets delanteros dejan claro el carácter deportivo.
Sus
lámparas son atractivas y modernas. No cae en la trampa de las exageraciones
para ser llamativas. Son justo lo que el diseño requiere con elementos verticales
como es tendencia en el segmento, pero con personalidad propia definida y lejos
de las desabridas lámparas del XK del pasado.
El
diseño de su perfil es impecable, al mirar el sketch, su imagen luce tan
sencilla que es fácil perderse tratando de identificar el atractivo que yace escondido en sus dimensiones y volúmenes. No necesita de ningún detalle
exagerado; no inlets de aire, faldones, molduras o ground-effects; La pureza de
propósito está implícita. Incluso el diseño de su cielo, la suave caída de este,
el perfil de las ventanillas, los costados traseros ensanchados y sensuales y
el cristal trasero son parte del atractivo de la imagen del auto rematada por el
poste C que se vuelca sobre el frente hacia adelante a todo lo largo hasta
rematar en el poste A, hace al Coupe más atractivo que su gemelo descapotable.
La
parte trasera es toda una revelación para Jaguar; No más traseros angostos y
anticuados, un mal que incluso aquejo al XJ-220. Este Gato tiene lamparas traseras que
re-interpretan el tema del E-Type y sus pequeñas micas de luz traseras minusculas y redondas,
pero en este, este es solo un detalle para las lámparas traseras
envolventes y en disposición horizontal.
Ningún
Jaguar moderno porto una parte trasera tan voluminosa, agresiva y bien
terminada.
Si, el tema de una barra trasera delicada sigue allí, pero esta tan bien actualizada que no luce absurda como alguna vez lucio en el XK.
Si, el tema de una barra trasera delicada sigue allí, pero esta tan bien actualizada que no luce absurda como alguna vez lucio en el XK.
No
tiene prestaciones brutales ni romperá la barrera del sonido del 0 a 100, pero
es un deportivo, de marca, con un diseño fantástico que posee todas las características
para ser, desde ahora todo un clásico.