¡El Nuevo Mustang esta aquí!
Muchos
esperábamos un cambio radical, profundo, pero cuando un vehículo en etapa de
pruebas es severamente camuflado, podemos estar seguros que el auto está listo
para la producción y en el caso del Mustang 2015 lo poco que vimos parece haber
sido más que un disfraz, una estrategia para crear especulación en los medios
que para realmente ocultarnos al nuevo pony.
Con
cada nueva generación del Mustang parece obligado el rumor del que el
deportivo será degradado de su sitio de honor en la gama de Dearborn, que en
lugar de un deportivo tendremos un coupé con influencia japonesa y motor de 4
cilindros y otras blasfemias.
Afortunadamente
Ford siempre se viste de héroe al entregarnos en el último momento un Mustang
con todo lo que un Mustang debe ser.
Y…
¿Qué debe ser un Mustang?
Emblema
galopante en cromo al frente, cofre largo con outlets de enfriamiento, habitáculo
2+2, baúl pequeño, precio accesible, lámparas traseras de tres elementos, V8,
5.0 preferentemente, tracción trasera y suspensión trasera nerviosa… muy
nerviosa: Eso es básicamente el Mustang.
Basado
en la plataforma de un sedan, el Mustang debe de ser agresivo, más visualmente
que por su desempeño, el cual estará presente en las versiones que para ese propósito
Ford diseña: Boss, Shelby, etc.
Este
nuevo Mustang parece de esos modelos a los que las fotos no le hacen justicia. Analizando
sus dimensiones podemos anticipar que el mismo largo, ancho de vías ligeramente
más amplio, altura total más baja que su predecesor le otorga una presencia más
agresiva que el actual.
Gracias
a su nuevo frente el Mustang parece por fin parte de la gama actual de Ford. Hay
elementos visuales del Fusion, Fiesta y Focus sin que vea afectada su
personalidad netamente americana. Los fog lamps, por lo menos en el GT se
ubican ahora en la parte baja de la fascia delantera la cual está bien lograda.
Tiene una tridimensionalidad elegante y agresiva sin ser exagerada como en el
diseño japonés.
Las
divisiones laterales de su parrilla continúan a lo largo de su cofre como líneas
de carácter que enmarcan el tradicional e infaltable power-dome. Los outlets de
enfriamiento son modernos, elegantes y esperemos que funcionales.
El
perfil es inconfundiblemente Mustang y aquí
se hace evidente la inspiración en el Fastback 64.5.
Su
cabina es elíptica y de caída suave. Sin embargo el perfil inferior de la
ventana lateral trasera remata en una línea ascendente que de primera impresión nos recuerda al Toyota F86 y que algo se parezca a un Toyota ¡No es bueno!
Un
enorme cristal trasero y costados
ensanchados, bajos y musculares son otros rasgos del pasado llevado al
presente, o mejor dicho al futuro, y sumado a la altura trasera reducida, caída
de la parte trasera de la cabina lo vuelve Mustang en toda la extensión del
emblema.
Las
luces traseras de los tradicionales 3 elementos son re interpretadas, en esta ocasión
al alto relieve para hacerlas lucir acorde con la tendencia del segmento.
A pesar
de ser bi-color, ahora la tolva que va entre sus lámparas traseras luce bien
integrada y elegante comparada a su predecesor. Un discreto difusor trasero
luce bien diseñado pero repite el tema a dos colores y sobrepone el color a la
forma dándole la impresión de ser el capricho del nuevo dueño en lugar de una disposición
original de colores. La luz de advertencia en el difusor debía de ser un poco más
cuadrada para recordarnos la de los autos de competencia.
En
lo personal nos parece un buen ejemplar del establo del cual Ford consigue sus
mejores deportivos.