Desde su creación en 1953, el
Corvette ha sido el representante del gran turismo americano, encarnando la
velocidad, el estilo y la audacia. Pero si hablamos de “top of the line”, tan
solo el emblema de ZR1 le otorga a cualquier Corvette un significado
completamente diferente. Desde su aparición en 1970, el ZR1 ha sido el pináculo
de lo que Chevrolet puede ofrecer en términos de rendimiento para vehículos “street-legal”.
El Corvette ZR1 es el guerrero sanguinario capaz de someter Ferraris y Lamborghinis, o cualquier hiperdeportivo europeo más prestigiado y caro, ofreciendo una propuesta estadounidense única: potencia sin filtros, rendimiento brutal y precio accesible.