10 jun 2024

Autos eléctricos: ¿Tecnología fallida?

 

La contaminación por emisiones de CO2, el incremento de la temperatura global y la dependencia de recursos no renovables, además de una conciencia ecológica exacerbada por agendas políticas que poco saben y tiene que ver con la movilidad, provocó que las políticas y normas anticontaminantes de muchos países se centraran en estos aspectos y que buscaran reducir la contaminación atmosférica, la dependencia de combustible fósiles, reducción de ruido y otros aspectos.



La intención fue muy buena. Pero fue tan intempestiva, que obligó a algunos fabricantes a buscar opciones de plantas de poder alternativas rápidamente.

Los motores de combustión interna eran la única opción probada en automóviles, la otra fuente confiable y con red mundial de disponibilidad, era la energía eléctrica.

Por otra parte, los fabricantes decidieron cambiar el concepto del automóvil como simple medio de transporte, convirtiéndolo en un gadget conectado a la red. Al principio para multimedia y comunicación. Hoy día, prácticamente como computadoras portátiles, que tienen su propio sistema operativo, están conectados permanentemente a internet y brindan interconexión a los dispositivos del pasajero.

Los fabricantes se frotaron las manos al percibir que los autos, además del modelo comercial anual, podrían obligar a los usuarios a renovar sus automóviles de manera más frecuente debido al desgaste de las baterías.

Lo anterior a pesar del desarrollo de baterías de iones de litio, las cuales tienen una alta densidad, lo que significa que pueden almacenar una gran cantidad de energía en un espacio relativamente pequeño y tienen una alta eficiencia, gracias a lo cual pueden almacenar y liberar energía con un índice de perdida muy bajo en forma de calor. Pero como toda batería, con cada recarga se reduce gradualmente su vida útil.

Esta tecnología es utilizada por fabricantes de vehículos eléctricos populares como Tesla, Honda, BMW, Ford y Porsche, quienes manufacturan diversos e innovadores automóviles eléctricos que utilizan tecnología de baterías de iones de litio. Por ejemplo, Tesla, crea vehículos con sistemas de baterías de hasta 110 kWh.

Las autoridades se preocuparon tanto por reducir emisiones y consumo de combustibles, que la urgencia y falta de conocimiento les hizo pasar por alto aspectos negativos de estas opciones: A largo plazo los desechos de las baterías son, incluso más contaminantes.

Es cierto que, fabricantes como Honda trabajan en plantas de poder experimentales basadas en hidrógeno, y que otros fabricantes tienen también desarrollos independientes, pero la complicación de estas tecnologías con la seguridad y disponibilidad han frenado su comercialización.

Los eléctricos e híbridos enchufables le han venido ganando terreno a los híbridos rápidamente.

¿Por qué? Los eléctricos son signo de vanguardia y conciencia ecológica.

Pero, una calidad de ensamblaje cuestionable, sobretodo en el caso de vehículos chinos, la falta de disponibilidad de redes de carga, la posibilidad de combustión espontánea de algunas baterías, la falta de protocolos por parte de las autoridades y gobiernos para controlar el fuego provocado por una batería de ion-litio, la duración limitada de las baterías, el costo de una batería de repuesto (muchas veces mas alto que el del valor total del auto), la falta de políticas de manejo de baterías una vez que estas queden inservibles, el manejo de sus residuos, entre otros, no ha sido motivo suficiente para que el cliente con el capital necesario, considere por moda o status, comprar un auto electrico.

Hemos sido testigos de un frenesí por parte de quienes podían adquirir un auto electrico comparable tan solo con los clientes de Apple o Samsung cada que se estrenaba un modelo nuevo de teléfono móvil. El frenesí ha disminuido lentamente, mas lento que el fuego de una batería de ion-litio, pero continúa reduciéndose, porque a quienes se les hablo en un inicio, del importe que ahorrarían en combustible, no les hace lógica que un vehículo de precio superior tenga tantas limitaciones prácticas y una duración limitada.

En mercados como Japón, una isla de territorio reducido, o Europa, donde el auto puede ser una herramienta de transporte urbano, se tienen zonas de acceso limitado a vehículos de emisiones reducidas o nulas, un electrico puede hacer sentido.

En América y China con territorios enormes, y una cultura automotriz desarrollada, un electrico equivale a un juguete; Un capricho muy caro, un símbolo de status poco práctico.

Colegas que han hecho pruebas de automóviles eléctricos en Estados Unidos se han dado cuenta de varias cosas: El stress producido por un alcance limitado, que además se ve afectado por el uso de sistemas como el aire acondicionado o la velocidad, es muy alto y frustrante, y la disponibilidad de redes de carga, incluso en Estados Unidos es insuficiente, sin tomar en cuenta la pérdida de tiempo requerido para la recarga.

Hasta la fecha no conocemos a algún colega especialista en la industria, que como auto particular tenga un electrico enchufable. Hemos visto directores de empresas orgullosos en su Taycan, quejándose en confianza del alcance limitado de sus autos, el alto coste de mantenimiento y la confesión de que para uso confiable, tienen en casa un modelo con motor de combustión interna.

Al día de hoy un auto electrico representa un gasto muy alto La ecuación costo-beneficio no es congruente, estos modelos presentan limitaciones absurdas, y duración limitada. En el futuro pueden ser una opción, pero por el momento es algo que, incluso de tener el dinero, no haríamos.

¿Es una tecnología fallida? Diríamos que es una tecnología a la cual le falta aún mucho refinamiento y red de soporte como para ser una opción práctica. Estamos en las etapas iniciales de una tecnología que llevará muchos lustros en mejorarse.

La generación y desarrollo de tecnologías, registros de patentes, etapas de pruebas, desarrollo de infra estructura, abatimiento de costes y comercialización, es muy temprana. Los vehículos eléctricos en las calles, tienen una tecnología muy prematura, que por la misma urgencia ecologista, ha sido puesta al público de manera cruda.

Pasará mucho tiempo antes de que los vehículos eléctricos puedan ofrecer el alcance  capacidades, confiabilidad y certidumbre anticontaminante que vale lo que cuesta. Un auto hibrido o incluso uno con motor a gasolina con el debido mantenimiento tiene menos posibilidades de hacer un daño ecológico irreversible, como el de una batería actual de un auto.

Mientras un auto eléctrico no tenga la inmediatez de recarga al igual que llenar el tanque, el alcance, duración y costo de mantenimiento de un motor a gasolina, la disponibilidad de una red de recarga similar a la de estaciones de gasolina, el costo de repuestos bajo, la capacidad de reparación y reciclaje de baterias y la confiabilidad y facilidad de reparación  de un auto con motor de combustible fósil, los eléctricos serán aún, una cara curiosidad dirigida a un nicho de clientes muy escaso.