Hubo un tiempo, cuando existieron
los míticos “3 grandes”, fabricantes de autos en América, en la que cada uno de
estos tenía su propia división de autos de lujo: GM tiene a Cadillac, Ford a
Lincoln y Dodge a Chrysler.
De los tres, Chrysler es la que
ha tenido una existencia más dolorosa.
Fundada en 1925 por Walter P. Chrysler, la marca, que ganó notoriedad en la década de los 30 y 40’s del siglo pasado gracias a modelos como el 300 y el Airflow, mantuvo su popularidad hasta inicios de la década de los 80 cuando la alcanzaron complicaciones económicas.
En 1998 fue adquirida por Daimler y se fundo Daimler-Chrysler, dando paso a una
época de los peores diseños de la marca. Y los resultados fueron tan malos, que
la empresa se dividió nuevamente en 2007. Posteriormente Cerberus Capital
Management adquirió la mayoría accionaria y en 2014 Fiat se hizo del control de
la empresa fundando Fiat Chrysler Automobiles, la cual en 2021 se fusiona con
PSA (Peugeot Société Anonyme) para formar los que hoy conocemos como
Stellantis.
La versión oficial
En un reciente y muy escueto comunicado de
prensa, fechado al termino de agosto, Stellantis, hizo una afirmación audaz: no
venderán la marca Chrysler.
Este mensaje, aparentemente
tranquilizador, sobre todo para los concesionarios que han invertido en la que debería
de ser la marca americana de lujo del grupo, tiene varias aristas, y bien valdría
explorar sus implicaciones.
Compromiso de 10 Años
Stellantis afirma que cada una de
sus 14 marcas tiene un período de 10 años para establecer un negocio rentable y
sostenible. Tomando en cuenta que la adquisición de Chrysler por parte de Fiat
se concretó en enero del 2014, el plazo de 10 años se cumplió justo a inicios
de este 2024 y Chrysler, alguna vez símbolo de lujo e innovación
estadounidense, no ha hecho más que pasar de un estado crítico a grave para últimamente
haber sido ingresada a terapia intensiva debido a que en su portafolio solo
cuenta con la Pacífica y los últimos 300C en existencia.
De más está decir que el Pacífica
es casi invisible ante la competencia japonesa del segmento y que el 300C es prácticamente
un símbolo del anacronismo de la industria americana.
Si la empresa es congruente con el
plazo, deberíamos de tener señales de nuevos productos para la marca.
Aunque vale la pena señalar que, en la pagina de Stellantis y en los concesionarios con nueva imagen corporativa, cualquier logo de Chrysler "brilla" por su ausencia.
Movilidad Limpia
Stellantis ha otorgado a Chrysler y Dodge el protagonismo clave en su transformación hacia la movilidad limpia.
Pero seamos honestos: los esfuerzos de Chrysler en vehículos eléctricos (EV)
han sido mediocres.
La Pacífica Híbrida es una
minivan híbrida enchufable decente, pero está lejos de ser revolucionaria y
tiene un espectro de clientela potencial muy limitado. Y en el segmento de
sedanes y coupés, se le dio prioridad a Dodge con el nuevo Charger incrementando
aun mas la necesidad de supervivencia asistida para Chrysler.
El Fantasma de la Gloria
Pasada
Stellantis está dejando
desaparecer el legado histórico de Chrysler, que en las últimas décadas se convirtió
en su principal activo, si no es que el único, y a las actuales generaciones el
K-car, la revolución de las minivans, los sedanes LH o incluso el 300 le dirán poco
o nada.
La identidad de la marca, si es
que queda alguna, es confusa, está perdida entre la nostalgia y la
irrelevancia. Tal vez Stellantis debería de reconsiderar vender la marca, mientras
exista aun alguien lo suficientemente valiente para invertir en un elefante
blanco.
La reinvención de una marca
Hemos visto ejemplos claros de
como modernizar marcas. Tata lo hizo con Jaguar-Land Rover, Geely con Lotus y
Volvo, pero Stellantis no da señales de reinventar o al menos de tener la intención
de dar RCP a Chrysler.
Stellantis afirma explícitamente
que no están considerando separar ninguna marca. Pero recordemos que las
declaraciones corporativas pueden cambiar más rápido que el tiempo de 0 a 60 de
un Hellcat.
La competencia y el Camino por
Delante
Cadillac y Lincoln, los rivales
americanos en el mercado de lujo han recorrido mucho camino por delante del
pentastar. Mientras Stellantis ha querido mantener viva a Chrysler solo con
conceptos como el Airflow, que nos parecía una excelente propuesta con altas
posibilidades de llegar a la producción y el Halcyon, uno de esos prototipos
que solo veremos en Autos shows.
Mientras las salas de exhibición de
concesionarios Chrysler sigan sin un auto americano de lujo, ya sea de pilas o
de gasolina, los esfuerzos de Stellantis serán en vano.
Créditos:
Fuente & Imágenes: Stellantis ®, Orlando Classic Cars, ClassicAndCollectorCars
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