Después
de hacernos soñar con el prototipo del Alpine A110-50 y el drama que le continúo
al momento en el que la alianza estratégica con Caterham se vino abajo
estrepitosamente, pareció por unos meses que un deportivo para Renault quedaría
en el olvido.
Pero
lo anterior sería muy injusto dado que Nissan tiene representantes en estas áreas
con el Fairlady Z y el GT-R mientras que Infiniti hace soñar a los pocos
aficionados de la marca con el Eau Rouge, pero, ¿Y Renault?
Justo
cuando estábamos a punto de clasificar al Alpine en el terreno de los
prototipos que nunca se volvieron realidad, Renault lanzo el Sport R.S. que
debe de ser tomado con un anticipo de lo que deberá ser al Alpine.
El
Sport R.S. esta claramente basado por en el A110-50 construido específicamente para
la competencia.
Si
bien su planta de poder genera apenas 500 bhp (cifra modesta comparada con
algunos competidores actuales), las tecnologías de construcción y los
materiales compuestos utilizados a todo lo largo y ancho del auto le permiten
ser tan ligero (1,100 kg) que fácilmente alcanza los 300 kilómetros por hora.
El
tren motriz es uno que debe sonarte familiar: Un poderoso Nismo 3.8L bi-turbo
derivado (¡Claro esta!) del Nissan GT-R con caja secuencial de 7 velocidades,
todo montado sobre un monococo Dallara de carbón con jaula de acero. No creo
que tenga necesidad de contarte más.
Este
automóvil cumple con las especificaciones de la World Series by Renault en la
que, como es de suponer, competirá.
Estéticamente
hay que decir que el automóvil puede y debe ser un anticipo de lo prometido por
la marca del rombo con el proyecto Alpine.
Su
imagen frontal más que ser cambiada respecto al prototipo Alpine, ha sido
mejorada. Porta un prominente rombo que lo hace inconfundiblemente Renault.
La
baja altura (1.16m) conjugada con un ancho de vía considerable (2.00m) le
otorgan una estampa agresiva.
Las
tomas de aire al frente son completamente funcionales y succionan el viento
para enfriar los radiadores siendo después expulsado por los outlets del cofre
aportando además a la adherencia aerodinámica.
El
perfil es uno de los más elegantes que recuerde. A pesar del motor
central-trasero, las dimensiones del perfil son perfectas. La cabina está
ubicada casi de manera perfecta entre los dos ejes y visto desde esta
perspectiva el detalle negro mate de su pintura parece continuar elegantemente
por detrás del arco de la rueda delantera hasta las tomas de aire laterales.
El
costado trasero es increíblemente bajo y ancho; Visualmente muy poderoso pero
esta brutalidad es elegantemente suavizada por la caída de un enorme poste C
que luce partido por otro detalle de la pintura, dándole una sensación de
ligereza que, de otra manera, luciría tosco y extremadamente intrusivo. El
esquema de pintura es en este modelo un ejemplo perfecto de como una idea de
diseño se puede (y debe) complementar por los colores.
La
vista trasera es brutal; poderosa e intimidatoria. En lo personal el esquema de
luces traseras del Alpine me parece mejor logrado por que la disposición de
luces de este auto me recuerda vagamente la del actual Fluence, que no es malo
pero dista mucho de estar a la altura de un modelo deportivo.
Abajo
un difusor funcional conduce las corrientes de viento debajo del auto hacia las
mejores y más fluidas vías de escape.
La
vista superior es una delicia. Luce como un bloque con una serie de detalles geométricos
muy bien realizados. No luce como un automóvil de competencias con carrocería apenas
terminada. Este auto parecería estar listo para la producción.
Aun
cuando la base tecnológica podría haber sido tomada tal cual del proyecto de Alpine, Renault requirió de apenas 5 meses para completar este automóvil, un
periodo de tiempo extremadamente corto para la producción de cualquier automóvil,
ya no se diga de una de competencia.
¿La
solicitud?: Sr. Ghosn; ¡Construya la versión de calle!; Ya sea Alpine y Renault un automóvil con esta imagen y una planta de poder derivada del GT-R sería una
pesadilla para Audi, Porsche, Lamborghini, y amigos que los acompañan.
Créditos:
Renault Media.