Salvo que seas
un aficionado español a los autos exóticos, muy probablemente creas que Hispano-Suiza puede ser un productor de consomé de
pollo en cubos.
Sus Orígenes
Para entender la relevancia de la
marca, tenemos que remontarnos al pasado, muchos años atrás, casi 120 años, ya
que, aun hoy, pocos la conocen y de no hacerlo, dejaríamos varios cabos
sueltos.
Sus primeros modelos llegaron a
ser del agrado de la casa Real española, con lo que suponemos, el monarca se sintió
a la par de sus contrapartes europeos. Si los ingleses, franceses, italianos,
alemanes y otros tantos tenían su orgullo automovilístico nacional ¿Por qué no
podía tenerlo España?
La primera guerra mundial dio el
impulso económico soñado por la empresa, gracias a la producción de motores de
avión. Este financiamiento derivado de la tragedia, dio origen a los modelos
más emblemáticos de la marca, que fácilmente podrían haber competido de tú a tú,
con rivales alemanes de la talla de Daimler o ingleses, como Rolls-Royce
por ejemplo. Los modelos de esta etapa, además de un lujo acorde al de los
mejores fabricantes de la época y visión vanguardista, portaban designaciones
rebuscadas, nombres más largos que la historia de Barcelona misma. Solo por
citar un ejemplo: El Hispano-Suiza H6B Million-Guiet Dual Cowl Phaeton.
Después de lo anterior, y como es
común con empresas españolas, dio inicio un ir y venir de cambios de
propietarios, cesión de patentes, ventas de marca, enredos fiscales, etc. Que
terminó por apagar la marca hasta inicios del siglo XXI, cuando, con un nuevo
capital, en 2019, Hispano-Suiza retorna a la luz pública.
Si te tomas el tiempo de calcular, aun cuando su historia no ha sido lineal e ininterrumpida, en el 2024, la marca cumplirá 120 años de existencia.
¿Y porque no sabemos nada de
ellos?
La historia de Hispano-Suiza
es tan atípica como la designación de sus modelos, autos exóticos españoles con
nombres de personas, términos franceses y diseños eclécticos.
El hecho es que, hacer renacer
una empresa de las cenizas, en una industria en la que la competencia es
despiadada y buscas destacar justo en el lapso de cambio de plantas de poder a
base de combustibles fósiles a eléctricos no es fácil. Sobre todo cuando el
capital proviene de propietarios que tienen intereses en muchos otros rubros,
como para hacer de Hispano-Suiza su interés empresarial primordial y que
talvez busquen ganar notoriedad rápida para vender la marca a un gigante
automotriz. Un negocio muy español.
El hecho es que vale la pena
hablar de Hispano-Suiza, mientras exista, porque es una de esas marcas
singulares tanto en historia como en portafolio de productos.
Hispano-Suiza Carmen
El portafolio de productos actual
es de un auto, algo único. No solo porque es un solo modelo, sino porque tiene
muchos puntos a favor escondidos debajo de un diseño feo.
El Carmen es un vehículo
electrico, de casi 1700 kg de peso, de 4.7 mts de largo, 2.04 mts de ancho y
apenas 1.24 mts de altura. Alcanza los 100 km/hr en menos de tres segundos, con
velocidad tope de 250 km/hr y autonomía de hasta 400 km.
También existe la versión Carmen
Boulogne que pesa 70 kilos menos, y es mas potente que la versión normal y
su carrocería es de pura fibra de carbón. Por lo anterior es capaz de cubrir el
0-100 en apenas 2.6 segundos.
Los números no son nada malos y
lo pone en la liga de los superdeportivos. Pero fuera de su rendimiento, todo
lo demás es muy exótico, en el mal sentido del adjetivo.
Por otra parte, si consideras que
hay en el mercado opciones eléctricas como el Porsche Taycan, el Audi
E-tron, el BMW i4 o el Tesla S, el Carmen es una
creación cuya imagen es singular, pero no te la puedes tomar en serio.
Plantas de potencia tan capaces
como las que porta este auto, deberían merecer más respeto por parte de los
diseñadores.
El diseño del Hispano-Suiza
Carmen
El diseño del Carmen esta
severamente influenciado por el Hispano-Suiza H6C Xenia Dubonnet, un
modelo futurista Art-Deco de finales de la década de 1930. Pero eso sería el
equivalente a que la fuerza aérea española se inspirara en el avión de los
hermanos Wright para sus aviones caza de combate actuales.
En esencia, el Carmen es
un exceso visual. Una mezcla muy forzada de tendencias del pasado tratando de
actualizarse, muy común cuando los directores se imponen a los diseñadores e
ingenieros y exigen revivir modelos de más de 100 años de antigüedad. Pero al estilo
español, el capital esta por encima de la gente que sabe cómo hacer las cosas.
Recordemos, es Hispano-Suiza.
El frente del Carmen (En
ambas variantes) está coronado por una parrilla trapezoidal invertida con un
marco tan ancho como el de cualquier obra maestra del Museo del Prado, adornado
con un enorme rótulo de la marca, un presagio del desastre que viene detrás.
La fascia delantera tiene una
configuración un poco más tradicional que el resto del auto. Porta dos tomas de
enfriamiento lateral para los frenos y alberga también lámparas principales
elípticas con la parte superior horizontal, para pretender, al menos, darle una
apariencia furiosa. Nadie sabe si se logra, por que el resto del auto te
mantendrá pasmado como para poder decidir si el frente te gusta o lo odias. Lo
que sí, es que la parte delantera sufre visualmente para integrar tantas malas
ideas, volúmenes y curvas que se tienen que acoplar a la parte trasera.
Detrás de la fascia hay un baúl plano y diminuto en el que podrás guardar apenas, un pequeño maletín.
Los salpicaderos dan inicio al exceso. Son unos enormes arcos que le restan dinamismo a la imagen.
En un auto de altas prestaciones, esperaríamos algo que
al menos pretendiera ser aerodinámico. El Carmen no lo logra. Detrás de
las enormes protuberancias provocadas por los arcos de las ruedas delanteras
hay un outlet para liberar presión y que da origen a los volúmenes longitudinales
de sus puertas.
El perfil de las ventanas y el
habitáculo de pasajero recuerda remotamente a un Audi R8. Uno severamente
dañado en un siniestro total. Por cierto, la ventanilla trasera del Carmen,
no es tal, sino un robusto poste C, tal como en el R8.
Los costados traseros son también
curvos y prominentes, dejan de lado la sensualidad para llegar a lo grotesco,
necesarios para rememorar el culo caído en forma de gota del Xenia Dubonnet.
El habitáculo puede rescatarse, pero los excesos del frente y parte trasera son
lamentables.
Y de la fascia o barra de defensa trasera, no podemos decirte nada, porque entre la tapa trasera y el difusor, solo hay un par de lámparas redondas y un vacío igual que el que sentimos en nuestro estomago cada vez que lo vemos el auto desde atras.
Los interiores
Digamos que están hechos con la
imagen de un arlequín en mente. Un pequeño clúster digital, una tableta al
centro, y un patrón de costuras de rombo en colores que se verían muy bien en
el mobiliario de un burdel. No en un auto.
Si te gusta el auto por fuera,
encontrarás sus interiores suficientemente atractivos.
La conclusión
Es muy desafortunado que, una
planta de poder como la de este auto, se vea envuelta en una carrocería tan mal
concebida por un capricho retro.
Si hay que dar una conclusión,
diríamos que se trata de una copia muy mal lograda de un Pagani Huayra
Codalunga. No somos fans Pagani, pero hay un mundo de diferencia
entre la maestría con la que Horacio Pagani logra el estilo atemporal de
sus autos y lo que Hispano-Suiza le ha hecho a este auto.
Puede que se vendan en número
limitado y para millonarios que consideran a los autos exóticos como una inversión.
Porque si quieres un hiperdeportivo o un electrico, hay numerosas opciones en
las que te podrás ver muy bien sin un traje de bufón.
Por cierto, si lees las reseñas
de cualquier medio español, podrás ver un ejemplo de nobleza y compromiso, ya
que nadie habla de la absoluta fealdad del auto. Hacen ejercicios de redacción admirables para hablar de todo excepto de la rotunda falla estética en el diseño del coche.
Y honestamente esperamos que,
alguien en Hispano-Suiza nos lea y sepa que solo faltaría un auto
moderno, competitivo y de apariencia medianamente decente, para revivir la
marca y aprovechar su mayor activo: La historia.
Créditos:
Imágenes:
Hispano-Suiza
El Confidencial
SuperCars.Net