Imagínate que eres un diseñador afamado y tienes que recrear la belleza de un clásico en configuración coupe 2+2, con motor central delantero, tracción trasera y con suficiente identidad de marca para que sea en un caso tu top model y en el otro tu entry level.
El planteamiento hipotético es
interesante, y evidentemente falso, pero pareciera que Jaguar y Ferrari se lo
plantearon igual con algunos años de diferencia y el resultado es tan similar y
a la vez tan diferente que vale la pena analizarlo.
La solución mecánica es tan diferente que solo se pueden equiparar en algunos indicadores básicos.
Ambos son Gran Turismo, a gasolina. El Ferrari es más caro, considerablemente más caro. El Jaguar no lo es tanto y sin ser tampoco una ganga en su versión equivalente (SVR) porta un V8 de 5.0 litros con tracción en las 4 ruedas, mientras el Ferrari se desplaza gracias a un V8 de 3.8 litros de tracción trasera.
La velocidad máxima del felino
ingles en esta variante es de 322 km/hr y el cavallino italiano alcanza 320
km/hr Ambos alcanzan los 100 km/hr en menos de 4 segundos. 3.7 para el Jaguar
y 3.4 para el Ferrari.
El Jaguar en seco pesa 1705 kg y
el Roma es 233 kg más ligero.
Sus dimensiones son, para el
italiano: Largo: 4.66, Ancho: 1.97 y Alto: 1.30, mientras el inglés en el mismo
orden es 4.47, 1.89 y 1.32 cms.
Bien similares ¿No?
Pues si… y no.
Si en números básicos son tan
parecidos, resulta que en concepción y percepción son tan similares como
diferentes. Una contradicción que responde a la naturaleza propia de cada una
de las escuderías.
Mientras el Jaguar recientemente sufrió
su primer lavado de cara, el Roma es una respuesta al descubrir que este nicho
de mercado está siendo explotado por Jaguar, Porsche y Aston Martin, sin que la
casa italiana tuviera una carta en este juego.
Pero resulta que el principal
competidor es el F-Type. Así que analicemos la concepción estética.
El Ferrari Roma por su parte, da una sensación de
medio terminar. Esta sensación de incrementa por la configuración de la
parrilla frontal que luce perforada sobre una superficie plana, carente de
relieves y volúmenes. Nada está mal, pero salvo sus lámparas frontales, luce
poco extraordinario, como esperaríamos de un Ferrari. Ese frente, con una
parrilla mejor elaborada, seria extraordinario. Pero con una como esta se pierde en un
frente que merecería algo mejor.
En el perfil hay muchas
similitudes. Ambos autos tienen un volumen delantero prominente. Pero en el
Ferrari, la sensación visual es que el habitáculo esta más lanzado hacia atrás
en el auto.
Los salpicaderos delanteros del
Ferrari son más sensuales y voluminosos, pero detrás del arco de la rueda hay
un enorme espacio vacío. Unas agallas o una moldura serian necesarios para dar
carácter, pero eso ya lo hace Aston-Martin y evidentemente Jaguar. Incluso el
emblema del cavallino rampante luce solitario
La resolución muscular del
costado en ambos es casi una copia al carbón, en ambos es sinuoso y voluminoso,
lo que aporta musculo a la imagen. Ambos caen suavemente al acercarse a las
luces traseras. Por tanto el post C es muy parecido. Pero el perfil del Roma es
excesivamente limpio, casi austero. Esta limpieza le hace lucir como una
superficie esculpida en un material muy frágil, con una costilla que parte de la parte trasera del arco
de la rueda delantera hasta 3/4s de la puerta lateral en línea elíptica
ascendente, contrario al Jaguar cuya línea equivalente, es casi horizontal en
su base y crea una cintura bajo la manija exterior de la puerta.
A pesar de las similitudes el
Jaguar luce menos delicado que el Ferrari.
Desde la vista trasera es evidente que el Roma quiere parecerse al F-Type, y lo logra. Hombros anchos y musculares soportan una ventanilla trasera elíptica. El Roma es más elaborado.
Y si, luce más exótico que el
Jaguar. Innecesariamente exótico. No es feo pero se esfuerza demasiado en ser
diferente. El Jaguar por su partes es menos extrovertido, pero cumple cabalmente
con una visión trasera poderosa y las mejores lámparas traseras de cualquier
coupe.
En los interiores el Roma es de
nuevo demasiado híper-deportivo. Un Gran Turismo debe ser eso, un auto cómodo y
amigable para el manejo. El interior del Roma es demasiado "exótico" para este
segmento. La intrincada y casi cruda imagen interior está muy bien en un 348,
pero en un turismo, esperaríamos algo más elegante.
El Jaguar por su parte puede
parecer incluso algo genérico en este aspecto, pero es algo con lo que parece más
fácil convivir día a día.
¿Y cuál es mejor?
Cada uno es excelente en su concepción. Depende de lo que se busque.
El Ferrari Roma es el equivalente a una top-model de alta costura. Elegante, lejana, bella, pero demasiado teatral, frágil
y extrovertida como para estar seguros de que se puede vivir a su lado sin caer
en la banca rota o volverse loco.
El Roma convertirá cualquier
trayecto en una pasarela. Se hará notar y todos voltearan a mirarla. Pero sería
una pesadilla estacionarla en cualquier lugar público si el terror de que algo
toque y lastime su delicada apariencia.
El Jaguar por su parte es
enfocado. Seguro de su mismo, bello y sin aspavientos.
El F-Type es algo mas como Gal
Gadot. Bella, simpática, alegre, elegante, delicada y que sin problema y de vez
en cuando se puede convertir en Wonder Woman y desplegar cantidades masivas de
poder sin perder su sencillez y elegancia.
Si quieres un Ferrari entry-level de motor delantero, yo elegiría el Portofino. Es más acorde a lo que un Ferrari debe ser. Y me parece que por el momento entre estos dos, el Jaguar hace mucho más por menos.