Y de lo anterior no cabe la menor duda. El fabricante indica que el modelo tiene emisiones 0 de C02 y posee una potencia de 455 kW/619 hp con un par máximo de 1,015 Nm en modo Sport y suspensión M que se traduce en un mejor desempeño dinámico. Si lo anterior es demasiado técnico como para que alguien sin una ingeniería industrial lo entienda, déjanos traducirte. Esta nueva BMW eléctrica, es capaz de cubrir el 0-100 km/h desde la inmovilidad en tan solo 3.8 segundos. Y tiene una velocidad máxima limitada a 250 km/h con un rango de hasta 566 kilómetros con una carga completa.
Puede que 250 km/h no suene muy impresionante tomando en cuenta los números de los deportivos actuales.
Su estructura en las secciones del techo, laterales y trasera, cuenta con elementos reforzadores de carbón y plástico reforzado con fibra de carbón, lo que le otorga una mayor rigidez estructural con un peso reducido (para una SUV).
En su interior cuenta con asientos de multifunción, display principal curvo, volante hexagonal, y como se trata de un vehículo electrico, se elimina el túnel central de la transmisión dejando espacio para una consola central.
Impresionante ¿Verdad? Claro, no se podría esperar menos de BMW.
El problema es que el envoltorio de
toda esta tecnología y poder no corresponde a las especificaciones.
El frente porta la nueva y nada agradable parrilla de BMW. Nuestro equipo la ha definido como un bigote de Hitler, una mariposa negra e incluso como una enorme nariz de puerco.
El esfuerzo por montar esta enorme parrilla vertical y simulada, en conjunto con las tradicionales lámparas dobles y horizontales de la marca, hace que el frente sea muy alto. Por tanto quedan enormes espacios que deben ser llenados. Desde abajo el centro esta ocupado por una toma de aire trapezoidal inferior. Hasta allí nada fuera de lo normal. Pero a los costados del vehículo unas enormes molduras que enmarcan unas pequeñas tomas de aire a cada costado, lucen enormes y grotescas. Y en la parte superior las lámparas pierden protagonismo.
Ese frente que parece diseñado únicamente con la escuadra de un juego de geometría de un niño de 10 años, en el que las líneas rectas y los ángulos agudos dominan, está unido a un perfil que no tiene ninguna relación estética. BMW quiso establecer una unión genética entre el iX y el iX M60 con los perfiles de la X2 y la X3 . Pero la reconfiguración del frente es tan radical que rompe la armonía visual.
El perfil de la iX M60 es mucho más tradicional que su parte frontal. Si ves su perfil podría pasar por cualquier SUV tradicional, incluso con alguna con ya algunos años de existencia.
Tiene un perfil suavizado y unos relieves sobre los arcos de ruedas que recuerda a Toyota. Las molduras inferiores que le recorren desde el frente, ayudan a reducir la altura visual del perfil. La configuración y diseño de las ventanas laterales es algo y lo que BMW debería dar mas identidad a sus SUV. Luce aburrido y poco dinámico. El poste D volante es ya una reliquia del pasado.
La parte trasera es muy confusa. Gana con unas lámparas muy esbeltas y hombros anchos. Pero monta la matrícula alto en el portón trasero ala Audi Q3 y deja en la fascia un espacio que también podría haber sido utilizado con el mismo fin.
Parece que BMW hubiera querido poner inicialmente la matrícula en el centro de la fascia trasera, pero ese espacio de la quinta puerta hubiera quedado vacío. Ante tal dilema la solución fue montar el porta placas en el portón trasero, dejando ese vacío en la fascia trasera.
En el interior, parece haber sucedido algo similar: Ante el espacio disponible gracias al piso plano, BMW lo lleno con una consola perdiendo este espacio muy útil en una SUV.
Puntos a favor: La tecnología, los terminados interiores salvo el de la pantalla. Puede ser grande y curva pero en este apartado preferiría algo como lo visto en la nueva
Cadillac Escalade. La de esta BMW parecen dos tabletas haciendo malabares sobre la columna de dirección.
Claro, es un BMW, y ese será el principal argumento de quien se decida por este vehículo. Todo lo demás serán argumentos desesperados para tratar de justificar tanto dinero pagado por un auto tan feo.
Marcas de lujo que no valoraron el peso del diseño e imagen como Chrysler, Lincoln o Jaguar y Cadillac, han pagado muy caro el no haberles dado a sus clientes una imagen a la altura de lo que pagan. Algunas de estas marcas luchan hoy por recuperar su pasado glorioso. Pero la imagen de lujo ya la perdieron.
BMW está jugando con el activo más valioso de su marca: La imagen. Y tendrá que pasar mucho tiempo para que la pueda recuperar. Un logo no es suficiente para satisfacer a los clientes.
Créditos:
Imágenes: BMW