Gordon Murray participo como el líder del diseño de uno de los autos más icónico de los últimos tiempos: El McLaren F1. Un auto que hizo que por primera vez la escudería inglesa produjera un auto “de calle” por si misma, que elevara el concepto de exótico a híper-deportivo y que inflara el maltratado ego automotriz ingles después de que históricamente tuviesen fama de producir autos feos y de baja calidad y que estaban perdiendo el control de marcas inglesas tan icónicas como Bentley, Lotus o Rolls-Royce.
Hace unos días, Gordon Murray Automotive develo el T.50, el que todos identifican como el sucesor espiritual del F1. Y decimos espiritual, porque para que lo fuese en línea directa de linaje debería ser un McLaren y no lo es.
Es una tremenda maquina diseñada por el mismo hombre responsable del F1, pero el pequeño coupe esta distante de ser el sucesor directo por tiempo.
El F1 creo un poderoso recuerdo en la mente
del aficionado y el T.50 se saltó una generación que no está en contacto
directo ni con uno ni con otro.
Hablemos del nuevo y pequeño
coupe plateado de Murray: El primer anclaje visual del T.50 con el F1 es el
color plata. Ningún otro híper deportivo tiene una identificación tan fuerte
con este tono de pintura. Pero el aspecto estético lo tocamos a fondo más
adelante. Ahora hablemos un poco de las prestaciones. El T.50 de acuerdo al más
puro estilo deportivo inglés, es pequeño. Apenas 4.35 de largo, 1.85 de ancho y
1.16 de alto. Pesa solamente 957kg en seco. Tiene un tanque de gasolina de ¡80
litros! Y una capacidad para aceite de 14 litros. Solo por si te quejabas que
los cambios de aceite en tu coche eran caros.
Este pequeño artefacto monta en posición
central trasera en motor V12 de Cosworth GMA a 65 grados con 3,994 centímetros cúbicos
de desplazamiento con monoblock es de aleación de aluminio y transmisión de 6
velocidades. El chasis y los paneles de la carrocería son de fibra de carbón y
la aerodinámica monta un ventilador trasero (FIAS) que es el primero en un auto
de calle que se monta con fines aerodinámicos.
En resumidas cuentas, el auto es tecnológicamente
abrumador.
Estéticamente sigue la filosofía de Murray en que la belleza se encuentra en la pureza de propósito. El frente es donde encontraras más similitudes visuales con el F1.
El frente es
extremadamente bajo y prominente. Viéndolo de 3/4s luce largo, pero de perfil
te das cuenta que es solo una ilusión óptica porque el espacio desde la parte
delantera del arco inferior de la rueda hasta el frente del auto es realmente
corto. Esto provoca que el frente en general este condicionado por los volúmenes
de los salpicaderos delanteros que deben tener el espacio necesario para albergar los neumáticos delanteros
y le den espacio de giro y movimiento a la suspensión. Entre los salpicaderos
encontramos un compartimiento de corte y disposición similar al F1.
Estéticamente lo menos atractivo
son las lámparas delanteras. A golpe de vista lucen como la versión XXL de las
de un Porsche Cayman. Con tanto espacio allí, había infinitas opciones estéticas,
pero Murray es sobrio en sus diseños. Nada del contundente y gótico lenguaje
visual alemán, ni de la sensual teatralidad italiana. El T.50 busca la mayor
eficiencia aerodinámica posible.
Al frente las tomas de aire
frontal son casi una copia al carbón de lo visto en el F1.
El perfil es muy bien logrado.
Limpio y elegante. No hay ninguna sola línea de carácter que este allí por
acentuar la imagen. La parte inferior del arco de rueda delantera es
superpuesto por fines aerodinámicos y replica los canales de desahogo de la
rueda delantera del F1, pero Murray no lo copio, simplemente adopta la misma solución
aerodinámica con un estilo más puro y sencillo.
El estribo en negro crea una
cintura visual en el perfil que cae en el cuarto trasero para acentuar el peso estético
del costado que de otra manera perdería musculo.
En el perfil y a pesar de que el auto monta el motor atrás, no hay una sola toma de aire. No hay necesidad de acentuar musculo ni interrumpir el flujo visual. El perfil es sutilmente poderoso y discreto.
Como es tendencia impuesta por Ferrari, la ventanilla
trasera detrás del conductor asciende visual mente y evitar la sensación de
perfil aplanado y habitáculo de burbuja.
En la parte de arriba, en el
toldo, la tradicional toma de aire del F1 corona la vista superior y corre hasta generar la unión visual con el ventilador trasero.
Atrás, bueno, acá tenemos otra historia. Sabemos que el ventilador trasero tiene grandes bondades para el desempeño dinámico del auto, que le pegara al suelo como solución epoxica, pero visualmente es horrendo (Al igual que los tubos de escape). ¡Vamos! la turbina trasera de un batimovil luce mucho mejor que el enorme ventilador. De allí en más, las luces traseras redondas y huecas al centro decepcionan contra lo visto en cualquier Ferrari o incluso el Ford GT. Son redondas solo para flanquear al ventilador y son prominentes por la misma razón.
La parte trasera es solo una
enorme parrilla que en su parte baja deja ver dos enormes canales del difusor
trasero.
Aquí no hay un solo elemento
visual clave, evolutivo o genético del F1. Esta vista, al igual que el frente,
no son especialmente atractivos. Claro que si eres un millonario inglés, esto
no te importara, pero si quieres un superauto, cualquier McLaren es más atractivo.
El interior está muy bien logrado
pero tiene a obsesiva tendencia inglesa a ahorrar peso.
Murray repite la disposición de posición
central para el conductor con dos asientos para pasajeros ligeramente atras y
a cada lado.
¿Qué tan cómodo y practico es?
Bueno, podrás impresionar a más de un amigo a la vez, contrario a lo que podrías hacer en un Ferrari, Lamborghini o Bugatti, pero sinceramente no sé qué tan práctico y cómodo sea manejar en un vehículo de este precio sin cristal trasero y alejado de cada costado.
Debo confesarte nunca en mi vida he estado montado en
un F1 (Ni siquiera he visto uno rodar por las calles de Europa), mucho menos en
un T.50.
La palanca de velocidades va más allá
del minimalismo. No tiene ni una perilla bonita, ni canaletas a-la Ferrari, ni
un forro de piel que la acorte visualmente, es digamos… muy inglesa.
El asiento central, extremadamente
delgado, a tal punto que parece que se puede romper si alguien se recarga en él,
vestido en naranja, es otro guiño al tradicional color de competencia de McLaren.
¿Es atractivo?
Puede que algún día forme parte
de la historia de la industria automotriz inglesa. Pero la belleza en este tipo
de automóviles es subjetiva. Su atractivo radica en la rareza, en la exclusividad, en el hecho de que solo un muy pequeño numero de personas, podrán siquiera verlo, ya no digamos poseerlo algun día. Es el equivalente de la Gioconda de DaVinci convertido en auto.
Murray no pudo evitar repetirse a si mismo. Es logico, es un anclaje muy pesado para llevar a cuestas, es una formula conocida que esperamos le sea rentable y pueda seguir evolucionando sus conceptos de ingenieria en el futuro.
Créditos:
Imágenes: Periodismo Motor.
Imágenes y Video: Godon Murray Design.