Para hablarte de un modelo que tiene menos de dos años desde su lanzamiento y presentación, primero tenemos que retroceder en el tiempo. Al menos 30 años.
Aquellos eran tiempos gloriosos: los autos deportivos reinaban sin que aún existiera el término “hiperdeportivos”, y podíamos deambular libremente por las calles sin cubrebocas ni restricciones.
Eran épocas en las que, por ejemplo, Jaguar presentaba un prototipo de superdeportivo prometido con un motor V12, pero que terminaba entregándose a los clientes con un seis cilindros biturbo.
Tiempos en los que Chrysler era dueña de Lamborghini, y Ford controlaba a Mazda, Jaguar, Land Rover y Aston Martin, entre otras marcas icónicas.
Casi un universo paralelo.
Gandini no necesitaba presentación, pero igual nos rendimos ante él: para nosotros, es el mejor diseñador de automóviles del sistema solar… y de las galaxias circunvecinas.
El modelo fue bautizado como EB110 en conmemoración del 110 aniversario del nacimiento de Ettore Bugatti, el fundador de la legendaria marca francesa.
Durante un breve pero glorioso lapso, el EB110 fue el automóvil más rápido del mundo, superando la barrera de los 340 km/h, antes de ser eclipsado por otro monstruo europeo: el McLaren F1.

Comparado con las carrocerías más estilizadas y orgánicas de su tiempo —como las del McLaren F1, Ferrari F50, Lamborghini Diablo o Jaguar XJ220— el pequeño Bugatti lucía más extraño que bello: decididamente ecléctico.
Sus faros delanteros, alejados de la tradicional preferencia de Gandini por las lámparas escamoteables, estaban montados de forma fija, justo a la mitad del capó delantero. Estos eran flanqueados por ductos aerodinámicos que se integraban en un frontal afilado, con un ángulo pronunciado que continuaba sin interrupciones hasta la parte superior del parabrisas, casi como una flecha lanzada al futuro.
El perfil era discreto, sobrio, casi austero. Gandini conservó las emblemáticas puertas de tijera, y como único trazo de carácter, una costilla lateral recorría toda la carrocería hasta fundirse con el inlet de ventilación colocado justo antes del paso de rueda trasera.
Detrás de la rueda delantera se encontraba una pequeña —y casi secreta— abertura de descarga aerodinámica, un detalle funcional que pasaba desapercibido para el ojo poco entrenado, pero que hablaba de la obsesión por el rendimiento de aquel proyecto.
El rasgo estético más característico del EB110 estaba justo detrás del poste B: como era costumbre en los diseños de Marcello Gandini, se ocultaba un pequeño inlet vertical, una discreta entrada de aire que, más que un recurso funcional, se había vuelto casi una firma de autor.
Justo a continuación, se encontraban unas ventilas cilíndricas colocadas en fila, destinadas a mejorar la refrigeración del compartimento del motor. En su momento —y aún hoy— lucen extrañas, como si hubiesen sido agregadas de último momento sobre un diseño ya finalizado, a modo de solución improvisada. Esos agujeros redondos rompían con la limpieza visual del lateral, generando una sensación de contraste entre lo racional y lo intuitivo, lo técnico y lo visceral.
En cuanto a los interiores, fiel al estilo de los híper deportivos de aquella época, estaban lejos de ser refinados. El habitáculo lucía mal terminado, casi austero, carente de signos evidentes de ergonomía. Las comodidades eran mínimas, el espacio limitado y todo parecía orientado exclusivamente a la función, sin ninguna intención de mimar al conductor. Lo justo y necesario para conducir a velocidades absurdas, pero sin concesiones al lujo ni al confort.
El EB110 nació sin un verdadero precedente de diseño, y se extinguió de la misma manera en que había llegado: silenciosamente.
No estamos diciendo que el auto fuera malo, pero para lo que uno podría esperar de una marca con tanto renombre y el talento de Gandini a la cabeza, el renacimiento de Bugatti fue un buen intento, pero no espectacular. En su momento, los bólidos azules fueron deslumbrantes, sí, pero pronto quedaron atrás, eclipsados por coches de marcas con más renombre, mayores recursos, y una base de clientes más amplia y consolidada.
A pesar de su espectacularidad técnica, el EB110 nunca logró conectar con el mercado masivo ni con la imagen de exclusividad que Bugatti había tenido en su época dorada.
En 1995, Bugatti se declaró en bancarrota, poniendo fin a una etapa que, aunque fascinante, no dejó la huella duradera que muchos esperaban.
Segundas partes nunca fueron buenas; ¿Seguro?
Para finales del siglo XX, la industria automotriz se encontraba en un escenario convulso. General Motors se precipitaba hacia la bancarrota, Toyota consolidaba su presencia mundial como líder en la fabricación de automóviles, mientras que, lenta, silenciosa, pero implacablemente, el Grupo Volkswagen Audi avanzaba para convertirse en uno de los dos gigantes más grandes del mundo.
En 1998, VAG adquirió los derechos de Bugatti, y para el año 2000 ya presentaba el primer concepto para el renacer de la marca: El Bugatti Veyron.
En 2019, Bugatti anunciaba que lanzaría una edición limitada de apenas 10 unidades de un modelo que, con un precio de 8 millones de euros por ejemplar, rendiría homenaje al EB110.
Y aquí estamos, hablándote de por qué este homenaje podría ser incluso superior al modelo original.
Bugatti Centodieci
A diferencia del Lamborghini Sian, que pretende ser un homenaje al Lamborghini Countach, el Centodieci no es una grotesca caricatura exagerada del modelo original. En sus aspectos estéticos, es una evolución moderna del concepto original de Gandini, actualizado y mejorado con los avances de la ingeniería y el diseño contemporáneo.
Los datos básicos son impresionantes. Este homenaje se impulsa gracias a un motor W16 de 8 litros que genera 1,600 hp a 7,000 rpm, lo que le permite alcanzar los 0 a 100 km/h en solo 2.4 segundos. Y la locura no termina ahí: el Centodieci puede alcanzar los 300 km/h en apenas 13.1 segundos, con una velocidad máxima "limitada" electrónicamente a 380 km/h.
Es 20 kg más liviano que un Chiron, y los 10 mega-millonarios que adquieran uno de estos vehículos podrán escoger cualquier color que deseen. Cualquiera, sin restricciones.
¡Faltaba más! Por 8 millones de euros, ¡nosotros lo pintamos incluso con crayolas si eso es lo que quieren!
La parrilla frontal, al igual que en el modelo original, cuenta con rejillas horizontales coronadas en el centro por la tradicional parrilla en forma de herradura invertida de Bugatti. Sin embargo, en este modelo, no está simplemente insertada en el centro. Es prominente, y su volumen se justifica por las costillas que parten desde el área central de las lámparas delanteras, las cuales, al igual que en el EB110, están montadas bastante altas en el capó delantero del vehículo.
Pero en esta nueva versión, las luces son tan discretas y agresivas que no lucen raras ni fuera de lugar. En cambio, le otorgan al vehículo una elegante actitud de fiereza. Del costado exterior de cada lámpara parte un canal a lo largo del salpicadero que rememora los ductos de ventilación del modelo anterior.
Y no podemos dejar de mencionar las ruedas de aleación más hermosas que jamás hayamos visto. ¡Sublimes!
El perfil no es monolítico, pero sí mantiene la discreción requerida. Se conserva el arco de ventilación detrás de la rueda delantera y un perfil limpio, con apenas unas líneas de carácter y el canal de ventilación sobre el estribo lateral. Lo que una vez pareció extraño e improvisado en el EB110, en el Centodieci cobra una relevancia especial: La cubierta de la ventilación para el motor detrás de la ventanilla posee los mismos 5 ductos circulares que el modelo original. Aunque no corresponden con ningún otro rasgo estético del vehículo, estos ductos son un exquisito homenaje al diseño original.
Te podemos asegurar que para muchos, esta es una de las características estéticas favoritas (y nos incluimos).
La parte trasera es poderosísima. Las luces siguen la tendencia de los superautos del grupo Volkswagen-Audi, con una sola línea horizontal iluminada. Sin embargo, en el Centodieci, esta línea de luz se duplica, dando lugar al efecto residual de las lámparas ovaladas y las ventilas traseras del compartimiento del motor de su antecesor.
Por debajo de las lámparas, y a todo lo ancho del vehículo, hay un ducto horizontal de ventilación para el motor, enmarcado en la parte superior por una plataforma de carácter y en la parte inferior por la parte superior del difusor trasero. Los tubos de escape en disposición doble vertical no están presentes en el modelo original; sin embargo, complementan perfectamente el concepto de las imágenes ovaladas de los detalles del auto... ¡Ex-qui-si-to!
El Centodieci está libre de los detalles de diseño barroco de modelos como el Veyron o el Chiron.
Por pedigrí y por las implicaciones históricas de mantener vivo el legado de Marcelo Gandini en Bugatti, parece que no nos equivocamos al afirmar que el Centodieci es, en realidad, el primer híper-deportivo con una pureza de propósito de Bugatti, por encima, incluso, de modelos como el La Voiture Noire o el Divo en cuanto a concepción estética.
Creemos que, tanto el EB110 como el Centodieci, a partir de este momento, serán inseparables cuando se haga referencia a uno u otro modelo, porque ambos formarán parte de la misma historia: el escaso pero fértil legado que, en poco tiempo, el grupo VAG está generando a través de Bugatti.
Bugatti EB110 (1991-1995)
Especificaciones Técnicas:
Motor: V12, 3.5 litros, 60° (motor central trasero)
Potencia: 560 hp (417 kW) a 8,000 rpm (versión estándar)
Par motor: 650 Nm (479 lb-ft) a 3,500 rpm
Transmisión: Manual de 5 velocidades, tracción integral
(AWD)
Aceleración 0-100 km/h: 3.4 segundos
Velocidad máxima: 355 km/h (221 mph)
Peso: 1,450 kg (3,197 lbs)
Largo: 4,230 mm
Ancho: 1,890 mm
Alto: 1,130 mm
Distancia entre ejes: 2,440 mm
Suspensión delantera: Independiente, doble horquilla
Suspensión trasera: Independiente, doble horquilla
Frenos: Discos ventilados de carbono (delanteros y traseros)
Ruedas: 15" (delante) / 17" (detrás)
Neumáticos: 235/45 ZR15 (delante), 345/35 ZR17 (detrás)
Producción total: 139 unidades (incluyendo todas las
versiones)
Versiones:
EB110 GT, EB110 SS (Super Sport)
Bugatti Centodieci
Especificaciones Técnicas
Motor: W16, 8.0 litros, 4 turbocompresores
Potencia: 1,600 hp (1,176 kW) a 7,000 rpm
Par motor: 1,600 Nm (1,180 lb-ft) a 2,000-6,000 rpm
Transmisión: Doble embrague de 7 velocidades, tracción
integral (AWD)
Aceleración 0-100 km/h: 2.4 segundos
Velocidad máxima: 380 km/h (236 mph) (limitada
electrónicamente)
Peso: 1,950 kg (4,299 lbs)
Largo: 4,710 mm
Ancho: 1,998 mm
Alto: 1,160 mm
Distancia entre ejes: 2,710 mm
Suspensión delantera: Independiente, doble horquilla con
amortiguadores adaptativos
Suspensión trasera: Independiente, doble horquilla con
amortiguadores adaptativos
Frenos: Discos de carbono-cerámica con pinzas de 8 pistones
Ruedas: 20" (delante) / 21" (detrás)
Neumáticos: 265/30 ZR20 (delante), 355/25 ZR21 (detrás)
Producción total: 10 unidades (edición limitada)
Precio: 8 millones de euros por unidad
Colores: Personalización completa (según elección del
comprador)
Versiones: Edición limitada (10 unidades)
Créditos:
Fuente e imágenes Bugatti ®
Imagenes adicionales: Bugatti, Revista Car, NetCarShow, BMW Club, Periodismo del Motor,
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