BMW está enfrascada en una tremenda lucha por reinventar la imagen
de sus productos, y parece, por la imagen de sus lanzamientos más recientes, que
el peor enemigo de esta estrategia es el equipo de diseño de la marca.
Los Bimers son tremendas máquinas,
lo diremos hasta el cansancio, pero su imagen no está acorde con su desempeño.
BMW tiene, desde hace décadas, una imagen muy confusa. Su lenguaje visual está
perdido y sigue peleando por encontrar nuevas maneras de vestir sus excelentes
maquinas.
El ejemplo más reciente ha sido el nuevo Serie 4. Un concepto que en el papel lucia muy bien, a pesar incluso, de la enorme parrilla, pero que prometía.
Si bien es cierto que este nuevo
modelo integra muchas mejoras respecto a su anterior edición, como son, entre
otras tantas, altura reducida en más de 50 milímetros, levante aerodinámico reducido,
amortiguadores que se ajustan de acuerdo al trazado, ancho de vía incrementado
en más de 20 milímetros, un centro de gravedad ubicado 21 milímetros por debajo
del modelo anterior, partes específicas que mejoran su rigidez estructural, e
incremento de camber negativo en el eje delantero… el Serie 4 es el equivalente
de una novia rica, de buen cuerpo, pero con una cara bastante fea.
El talón de Aquiles: Las
parrillas.
La parrilla frontal, ha sido el peor dolor de cabeza de los bávaros. En su defensa debo decir que, si haces un análisis estético profundo, la tradicional parrilla de doble riñón, presenta más obstáculos que posibilidades, debido a las mismas limitaciones que plantea.
Déjanos extendernos: Si tu quisieras diseñar una hebilla de cinturón y la identidad de marca tuviera como directriz que esta hebilla debía siempre ser una hebilla de cabeza de un longhorn, esta se vería bien en cinturones vaqueros, pero irremediablemente luciría ridícula en todos los demás.
Imagina este tipo de hebilla por ejemplo, en un cinturón para un traje de etiqueta.
Así de complicado es la resolución
estética de la parrilla de BMW. Uniformarla te puede funcionar en un tipo de vehículos,
pero irremediablemente lucirá mal en otros.
Si las enormes parrillas
frontales eran una tendencia que impuesta por marcas como Audi, o Lexus entre
otras marcas, BMW no se quiso quedar atrás y después de los horrendos
resultados en el Serie 7, se decidió que era hora de adoptar un diseño de
parrilla evolutivo, contemporáneo e inconfundiblemente BMW.
¿El resultado? Dolorosamente
confuso. Una enorme parrilla inspirada en los modelos de antaño y adaptada a la
estética actual con una rejilla de diseño tridimensional que no concuerda con ningún
otro elemento estético frontal… ¡No es agradable!
Más que recordar la tradicional doble parrilla de riñón, parece una gigantesca mariposa negra incrustada en el frente. Los requerimientos para portarla comprometen seriamente la limpieza del diseño de la fascia delantera al punto de que esta, es una confusión de líneas y volúmenes que dañan la percepción. Si ves este automóvil de frente, estarás muy ocupado interpretando imagen frontal, y terminaras confundido sin poder decidir si esta, es o no agradable.
Otra característica BMW que porta
este modelo los faros delanteros que pretenden rememorar la doble lámpara
delantera tradicional de los modelos de la marca.
La resolución es excelente. Estas lámparas son una muestra de un buen elemento estético-funcional. De hecho es audaz y dinámica. Pero la enorme parrilla y la confusa fascia delantera les restan protagonismo y terminan siendo un elemento más en la confusión frontal.
Contrario al frente, su perfil es
limpio, tan limpio, que visto así, parece que se trata de un auto diferente. No
tiene la complejidad visual del frente.
Las líneas desde este punto de vista son elegantes y bien logradas. Los volúmenes son discretos, graduales y suaves. El único exceso es la línea de carácter que simula la tradicional ventila detrás del arco de la rueda delantera y se extiende horizontalmente a los largo del estribo. Visualmente no se conjuga con ningún elemento visual del perfil, apenas trata de ser el pretexto del inicio de las líneas de la fascia trasera, pero el suave volumen de la rueda trasera en el costado la diluye y solo con suficiente atención es posible establecer una correlación o continuidad.
El diseño de la ventanilla
lateral trasera, es dinámica, pero esto provoca la pérdida del clásico poste C
de BMW. Gana dinamismo e imagen ágil pero se vuelve genérico, y enfocado en el
costado trasero, hay demasiado de Audi y Mercedes.
La vista trasera, por su parte está
bien resuelta. Las lámparas están mejor
ejecutadas y son más ligeras visualmente que en otros modelos de la marca, pero
aun no son identificables como característica propia de BMW. Carecen aún de genética
propia.
Al interior y a pesar de que la marca sigue luchando por mantener su identidad, y salvo la disposición que también se convierte en una limitante. El resultado es agradable.
¿Hacia dónde va el diseño BMW?
Estamos ante la evolución de
diseño de una marca que durante muchos años fue reconocida por su imagen.
Afortunadamente las cualidades de BMW siguen allí, bajo la lámina, inspirando
por su obsesiva perfección y performance. Pero pasara tiempo aun antes de que
podamos estar de acuerdo en un diseño atractivo.
Si eres fan de BMW y su desempeño, poco importara que la parrilla frontal sea horrenda. Si por otra parte, la imagen es importante, tal vez un Mercedes o un Audi complementen mejor tu deseo aspiracional.
Dudamos que el Serie 4 se
convierta en un clásico de la marca, hay aun demasiada confusión. Me recuerda
el dolor de cabeza de Cadillac cuanto empezó a experimentar con el concepto de
Art&Science, que nunca cuajo y pasaran varios años en los que se determine
una nueva imagen de BMW mejor
lograda y más atractiva.
¿Detendrá esta imagen fea al cliente potencial de BMW? ¡Claro que no!; Si hay diseñadores malos, también hay clientes con pésimo gusto, y el auto atraerá al algunos encandilados por la novedad.
Créditos:
Imágenes: BMW.