Cuando voy a un restaurante de especialidad,
me gusta que la comida que se sirve, sea fiel a su origen. Me gusta que, ya sea
que se trate de comida italiana, hindú, libanesa, japonesa etc., esta se vea,
luzca y sepa a la comida que honra. Sin adaptaciones u omisiones. Lo mismo
espero de la industria automotriz, es decir, que independientemente de donde se
construya un automóvil, este responda a la tradición de su origen; Potencia
americana, sensualidad italiana, exactitud alemana, confiabilidad japonesa, singularidad
francesa etc.
Después de haber sido un derivado
del Celica en los inicios del modelo
el Supra fue ganándose una merecida
posición en el gusto de los entusiastas. Pero en la década de los 90’s, el Supra A80 tomo a todos por sorpresa y
se convirtió en un clásico moderno.
La noble mecánica del A80 impulso la cultura del tunning,
mientras su estilo interior, si bien fue otro ejemplo de la decadencia
ergonómica de los 90, intentaba dar un aire de enfoque al conductor. En lo
personal me parece este el rasgo más auténtico y meritorio del diseño del Supra.
En cuanto a imagen el Supra era confuso. Menos elegante que
un Nissan Z, y casi tan exagerado y
exuberante como un Eclipse de Mitsubishi y con algunas reminiscencias
del mítico GT2000 de Toyota.
Pero el Toyota tenía un encanto superior: Una mecánica Toyota, confiable y económica, capaz de aceptar modificaciones al
por mayor en beneficio de su desempeño. Podías manejar un Supra de serie con un
desempeño más que aceptable o construir sobre esta base mecánica, verdaderos
monstruos mecánicos, capaz de avergonzar a un Porsche, Lamborghini o
incluso un Ferrari.
Pero en el 2002, el Supra dejo las salas de exhibición de Toyota para habitar en el de las leyendas de la industria automotriz.
Todos extrañaban al Supra, excepto, al parecer, Toyota.
Fueron necesarios 17 años para
que Toyota decidiera invertir en uno
de sus nameplates más recordados. Pero digamos que no quería correr riesgos económicos
innecesarios.
Ya se había hecho el experimento
con Subaru y el lanzamiento del Toyota 86, así que imagina un atardecer
desde la oficina más alta donde se aloja el escritorio de Akio Toyoda, mientras mira al horizonte y piensa:
–¿Qué tal si dejamos que BMW fabrique una plataforma y tren motriz excelente como la de sus
deportivos y nosotros la vestimos con la atractiva imagen de diseño de los
autos de Toyota? ¿Qué puede salir mal?
-
- ¡Todo Toyoda-San!, ¡Absolutamente
todo! -
Le hubiéramos dicho si estuviéramos presentes en esa tarde en Toyota City.
-Sus
clientes soportan la terrible imagen del diseño de sus autos porque su mecánica
es confiable. Les gusta el bajo coste de mantenimiento de sus autos.
Sus clientes ven sus autos como
herramienta de transporte, no como objetos de deseo. Cuidado Toyoda-San, está
tomando la opción equivocada. -
Lamentablemente nadie estuvo esa
tarde al lado del mandamas de Toyota
y la bola de nieve creció con cada giro.
EL CONCEPTO
El FT1 fue el concepto del cual se partiría como base para el que sería
el Supra. Este diseño es
espectacular, tanto como el diseño de Toyota
permite este adjetivo.
El FT1, es en efecto, una brutal evolución del Supra. Un digno contrincante del Nissan GT-R, algo capaz de rivalizar con el Honda NSX, un devora Pony Cars, un avergüenza-italianos y
rompe-alemanes; ¡Un caza-Godzillas!
Así lucia, y realmente
esperábamos algo así, incluso quienes no somos fans del diseño japonés.
Pero cuando BMW presento su Z4, el
equivalente en BMW del Supra, era demasiado tarde. El error se
había consumado.
La semana pasada, en el Auto Show de Detroit, el mismo
Toyoda-San presento el nuevo Supra,
en lo que debe haber sido un esfuerzo desesperado del mandamas de Toyota para hacer parecer que nada
había salido mal. Un desesperado control de daños.
LOS PORQUE
Este nuevo Supra es pequeño. Es un coupe de 2 asientos (Igual que el BMW) que es incluso 10 cms más pequeño
que el Toyota 86, que ya luce
bastante compacto. Y adivina, el motor es… ¡Exacto! Un 6 cilindros en línea. Si
aun a pesar del motor que monta, crees que este es realmente el sucesor del
Supra, habría que informarse un poco más.
Pero vamos a lo nuestro, el
diseño.
INTERIORES
Si bien el interior del A80 era todo lo que podíamos esperar de
un deportivo japonés de su época, este nuevo Supra nos da pena ajena. Sus interiores corresponden a un BMW. Esto es algo que podríamos esperar
ver en un Z4, pero nunca en un Supra.
Al volante únicamente le falta un
emblema de BMW.
Su tablero (Salpicadero) luce
fuera de lugar. Debía de estar dentro de un BMW no en algo japonés. ¡Es antinatural!
Entendemos que Toyota puede haber ahorrado dinero,
muchos millones de yenes, pero los interiores del Supra, hacen evidente que lo único Toyota en este auto son los emblemas.
EXTERIORES
En una época de deportivos
masivos como el Lamborghini Huracán,
el Corvette, el Nissan GT-R, incluso el Mustang,
este Supra es un pequeño Bonsái
queriendo espantar Sequoias en un bosque.
Esperábamos algo más grande.
El frente, con una punta que
simula un monoplaza, ya fue usada por Mercedes
Benz ¡En los 90! Los enormes faros son eso: Enormes, e igual que en el A80, lucen inexpresivos. Pésima traducción
del concepto a la producción.
Las enormes y extrañas tomas de
aire, al costado de los faros en los salpicaderos y en la parte trasera no son
funcionales. Están allí para que el auto luzca como un FT-1. Dice el equipo de diseño de Toyota que estas tomas no funcionales se pueden hacer funcionales si
se les quita el plástico que las obstruye y se decide que uso dar a cada uno.
¡Sorpresa Toyota! Eso se puede hacer con cada inlet falso de cualquier carro
en el mundo.
El rasgo más aceptable es el
esquema de parabrisas y ventanas laterales que dan la sensación de que se trata
de cúpula de un avión de combate y el corte superior de las ventanas en ángulo
descendente es acorde con la tendencia japonesa, pero es un rasgo nacido en el Nissan GT-R y usado en vehículos como
el Nissan Juke. Se debía de haber
respetado y buscar una solución estética más acorde a A80 o con algún rasgo distintivo.
El problema estético más severo
de este Supra inicia con el perfil
del auto. La diferencia entre un auto concepto y un de producción, consiste en
la diferencia de costo que implicaría ejecutar un diseño de concepto como el
del FT-1 en un vehículo de producción.
Y Toyota lo intento hacer y el resultado es barato.
Las tomas laterales de las
puertas tienen una sola función; Incrementar el costo de producción. Son
inoperantes, exageradas y de mal gusto. No hay una sola línea paralela que
justifique la inclinación y parten en dos el perfil del auto haciéndolo lucir más
corto de lo que ya es.
Las dimensiones del Supra, además, provocan que el toldo
del mismo, que debe albergar a los pasajeros sea proporcionalmente más alto
que en el concepto. El Supra es una
caricatura del FT-1.
A partir de que el toldo se
convierte en un poste C en ángulo agudo, todo el diseño es un desastre.
Toyota no puede replicar la imagen musculosa del FT-1. El exceso de volumen de los costados
traseros de Supra lo hacen lucir exagerado. No musculoso, simplemente
exagerado, gordo.
Hay una resolución estética en el
trasero muy desafortunada: En la parte superior de las lámparas traseras, nace
un relieve que sigue el contorno superior y lateral de las lámparas,
baja por la fascia para dar el volumen exterior a la simulación de salidas de
aire traseras. Esta línea es paralela a la línea de carácter que parte de la
parte superior del porta placas, parecen darle una expresión de
mascara de Noh con expresión triste.
¿Por qué? Debería, en todo caso
lucir furioso, amenazante, no triste.
El alerón trasero, que en el A80 era algo así como la unión que hacía
sentir que tu deportivo Toyota tenía
algo en común con un Ferrari F40,
por su estilo y dimensiones fue reducido a una joroba deforme y muy
probablemente no funcional.
La parte trasera está saturada de
relieves, curvas, volúmenes, líneas dramáticas y expresiones tristes. Pésima resolución.
La plataforma y tren motriz,
evidentemente no tienen nada del ADN de Toyota
que impulso otras leyendas de la marca. La idea de llevar el FT-1 a la realidad era excelente, si se
hubiera llevado a cabo sobre una plataforma de algo que pudiera hablarse de tu
con un Nissan GT-R, pero hacerlo sobre una plataforma pequeña de BMW no era lo que hubiéramos esperado.
Y si nosotros que no somos fans
de Toyota, nos sentimos
decepcionados, no quiero imaginarme a que les debe de haber sabido este
lanzamiento a los entusiastas en Japón. Talvez a sushi de salchicha.
Créditos:
Imágenes: Toyota Press.
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