Hace días en la red, tuve una
muy agradable argumentación con un amigo cibernauta amante de los autos quien formulo la siguiente pregunta abierta:
¿Por qué debe un auto considerarse clásico?
La pregunta, sencilla en
apariencia nos permitió exponer los argumentos de cada uno y desemboco en lo
siguiente; Mi ocasional contraparte no pudo ocultar por mucho tiempo que es un
miembro de una Asociación de Automóviles Clásicos y a través de sus argumentos
hizo una amplia muestra del dominio de las normas y reglamentos que rigen su
sociedad, las cuales sin embargo como criterio para definir los que un automóvil
clásico debe ser, dejan mucho que desear.
A grandes rasgos, y como toda asociación
civil, es evidente que deben estar regidas por un reglamento que norme su operación.
Sin embargo ¿Puede un reglamento definir una cuestión de apreciación para
calificar algo como un auto con un calificativo tan subjetivo como el de “clásico”?
En
el caso que te comento, resulta a grandes rasgos que para que mi amigo y su asociación
consideraran un auto como clásico este debería de cumplir ciertos criterios
como antigüedad, estado físico, componentes originales e historia documentada.
Repito
que, como criterio normativo de una asociación que reúne a amantes de los autos
cumple con regir los criterios que el grupo considera adecuados, pero desde mi
personal punto de vista, esto no define al auto clásico.
Para mis amigos de esta Asociación en particular, un AMC Pacer, del 74, en estado original y perfecto funcionamiento podría ser calificado de clásico, lo cual carece de sentido.
En
todo caso merecería ser considerado un auto antiguo de colección, parte de la
historia automotriz, incluso una curiosidad. Pero… ¿Un clásico?
Basado
en la consideración de que no todo lo antiguo es clásico y por ende, no todo lo
clásico es antiguo, cabe considerar, lo que, para alguien como su servidor, que
ha pasado la vida relacionado con la industria automotriz, debe ser un auto clásico;
Un
automóvil es por encima de todas las cosas un automóvil.
Hay
que considerar primero que los autos no deben ser objetos de culto; Pueden ser
un producto, una afición, un pasatiempo y una herramienta, pero asignar valores
subjetivos a un objeto cualquiera por encima de su función distorsiona el
juicio.
Los
autos no se añejan.
Contrario
a lo que algunas personas pueden pensar los automóviles no adquieren valor
simplemente por su antigüedad.
Un
Pontiac Aztek, un Honda Element, un Toyota Avanza o un Nissan Cube serán siempre
automóviles feos y no importa cuántos siglos transcurran o que se trate de un
ejemplar en perfecto estado; ninguno de estos, por ejemplo, deberían ser
considerados como clásicos.
Por
otra parte, por ejemplo, un Lotus 7, un Mustang 64 ½ un Lamborghini Countach,
un BMW i8, un Ferrari LaFerrari o un Audi R8 son clásicos instantáneos.
La
estética en base a la función.
La
estética de un auto debe ser definida por el objetivo del mismo y esta, debe ejecutada con maestría. Un auto clásico no debe ser extravagante, debe proponer
soluciones prácticas, perdurables que más que ser obstáculo, sirvan a la pureza
de propósito para las que fueron creadas.
Las tomas NACA de los Countach, el roll bar de los Porsche Targa, la suspensión expuesta del Lotus/Caterham 7, el interruptor de encendido a la izquierda del Porsche 911, la ausencia de comodidades del F40 de Ferrari, el minimalismo de la cabina de un Exige; Ninguna es estética vacía, son soluciones prácticas realizadas con un alto grado de elegancia funcional.
En
contraparte, las alas de gaviota de Mercedes, las puertas de tijera de
Lamborghini, Los chasises de los Corvette de los 80, las gallinas de fuego en
los cofres de los Firebird de los ochenta, las parrillas de Maybach, los cofres
con estrías de Chrysler en los 90. Y los cristales traseros de doble plano de Pontiac (Aztek), Toyota (Prius) y Hyundai
(Veloster) etc. Han sido, todas, soluciones de diseño muy poco perdurables, prácticas
y estéticas.
¿Que
debe ser entonces un auto clásico?
Un
auto clásico debe ser ante todo un conjunto congruente; Ya sea que se trate de
un sub compacto, Deportivo, Gran Turismo, Sedan o SUV, debe ser una verdadera
propuesta de soluciones, mecánicas y estéticas innovadoras para cumplir con la función
que fue concebido de la manera más eficaz, eficiente y elegante posible.
Debe
ser práctico. El automóvil debe ser capaz de servir a su propietario en el
mundo real.
Por
ejemplo, esa es la diferencia que ha puesto al 911 aparte de otros autos de su
clase. El 911 tiene esa aura de ser una maquinaria de precisión alemana, lo
suficientemente confiable para que su propietario este seguro de poder circular en el ya sea en
la ciudad o en carretera.
Las
razones adecuadas:
Circular
en cualquier parte del mundo en el auto salchicha de Oscar Mayer, el Batimovil
de los 60 o el auto de la pantera rosa llamara la atención pero estarás de
acuerdo conmigo en que están muy lejos de ser clásicos de la industria automotriz.
Por
todo lo anterior, admiro mucho la labor de las asociaciones de automóviles antiguos,
la tremenda inversión de tiempo y dinero que hacen al conservar funcionales y
en perfecto estado autos antiguos. Pero lo digo muy discretamente antes que mi
abuela crea que por ser antigua y estar en buen estado puede ser considerada un
clásico.
El
paradigma sigue siendo el mismo: El mejor auto siempre será el que más te gusta.
Créditos:
Imágenes:
Wiki media.
Porsche.
Ford.
Audi.