Desde que Lawrence Stroll tomó el control de Aston Martin Lagonda Holdings en 2020, la firma inglesa ha vivido una renovación que no solo actualizó su portafolio de productos, sino que también llevó a la marca al gran circo de la Fórmula 1.
Aunque en tiempos recientes vendió parte de su participación accionaria, el Sr. Stroll ha logrado que una marca que vivía de recuerdos de autos antiguos y de calidad cuestionable ahora esté a la altura de Ferrari, Porsche o Lamborghini.
El más reciente lanzamiento de la marca es el DB12 S, presentado como el nuevo tope de gama de la línea DB. Pero ¿es realmente una evolución o solo un ejercicio de marketing con esteroides?
En tiempos donde los exóticos de motor central trasero, con plantas de poder híbridas, y eléctricos chinos que corren como si los persiguiera su propio gobierno, ¿tiene sentido un Aston Martin DB?
La respuesta es no. Si buscas un electrodoméstico chino muy veloz, copia de un McLaren o un Panamera, fabricado por una compañía de teléfonos celulares, sin respaldo de marca, con calidad dudosa y servicio incierto, ni pienses en un Aston Martin. Ni siquiera lo consideres.
El valor de Aston Martin no reside en el número más alto que aparece en su velocímetro. No se trata solo de ir rápido. Se trata de hacerlo con estilo.
Potencia
El discreto rugido en bajas revoluciones del DB12 S proviene de un V8 biturbo que ahora entrega 700PS y 800Nm. Sí, acelera de 0 a 60 mph en 3.4 segundos. Y sí, un auto chino puede alcanzar el 0 a 100 en menos tiempo. También lo hace una licuadora china. Pero nunca tendrá la sinfonía de un V8 rugiendo a altas revoluciones.
Tecnología
Aston Martin presume mejoras en suspensión, frenos (ahora cerámicos de serie) y un sistema de frenado en curva predictivo. Todo suena bien, pero habrá que ver cómo se traduce en la pista.
Diseño
A los autos de Aston Martin las imágenes nunca les han hecho justicia. Por alguna razón, las fotografías no logran reflejar el músculo de sus líneas ni la actitud amenazadora, elegante y agresiva del conjunto visual.
Y seamos honestos: tampoco luce como un modelo completamente nuevo. Es más bien una evolución con cambios minimalistas y progresivos, muy al estilo de lo que hace Porsche con el 911.
Estas novedades se encuentran, por ejemplo, en una nueva configuración de splitter laterales, spoiler delantero, agallas laterales, emblemas, ruedas de aleación y tubos de escape. También hay variaciones sutiles en el diseño de las lámparas delanteras y traseras, así como en el interior.
Interior
Es precisamente en el interior donde el dueño de un Aston Martin puede encontrar diferencias marcadas frente a sus competidores de alta gama.
No encontrarás la sobriedad práctica de un 911, ni la fragilidad de las molduras de McLaren, ni la confusión entre lujo y competencia que hay en Ferrari, ni la exageración de Lamborghini.
En Aston Martin se trata de ir rápido, pero de manera cómoda y elegante.
Hay tres ambientes de diseño disponibles, costuras rojas, volante en Alcántara y opciones en fibra de carbono. La disposición no busca revolucionar, sino permanecer funcional y refinada.
¿Nos gusta?
Sin entrar en análisis financieros sobre si es buena inversión comprar un deportivo inglés que no sea un McLaren, diremos que sí. Como todo Aston Martin de los últimos años, es un auto que hace que todos volteen a mirarte.
Es, sin duda, una máquina impresionante.
Pero es difícil justificar un auto que se anuncia como nuevo sin un chasis, suspensión o motor realmente nuevos, ni cambios exteriores suficientes para que luzca completamente distinto al modelo que lo precede. Por su precio, hay opciones con mejor desempeño, mayor renombre y más imagen.
Y si analizamos lo poco que han logrado Lance Stroll y Fernando Alonso para Aston Martin en la F1… Pues, como dice el dicho: “Ganas el domingo, vendes el lunes”.
Y hace mucho tiempo que Aston Martin no gana.
Por lo pronto, un McLaren nos parece mejor opción.
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AutosMk.