En 1921 una fábrica de autos en ciernes y una carrocera unieron fuerzas para crear modelos especiales que en su época, revolucionaban el concepto de la deportividad, lujo y exclusividad, explorando conceptos, que en aquel entonces eran tan raros, como la aerodinámica.
Desde entonces Alfa Romeo y Zagato han colaborado uniendo sus eclécticos conceptos estéticos para crear modelos especiales perdiéndose lentamente en el mundo de la industria y producción en masa automotriz... Hasta hoy.
Entonces decides que te fabriquen tu propio auto en base a lo que para ti debería estar haciendo Alfa Romeo.
Eso es un poco mas o menos lo que sucedió detrás de la fabricación de este coche. Y Zagato, la empresa contratada por el millonario alemán, decidió que para conservar un poco de alma de la marca, utilizaría una plataforma de la casa.
Este concepto de Giulia SWB
(Short Wheel Base), es, de acuerdo a Zagato, una evolución natural
del SZ elaborado sobre una base recortada de los actuales Giulia
y Stelvio.
El proyecto estuvo liderado por el mismísimo Alejandro Mesonero, Jefe de diseño de Alfa Romeo, aunque el desarrollo en su totalidad se llevó a cabo en el atelier de Zagato para este personaje anónimo.
Es importante señalar que se trata de un ejercicio de diseño independiente, como muchos de los desarrollos de Zagato y que el mismo equipo de Zagato señala que el logotipo de Alfa Romeo esta en el frente del auto únicamente para fines promocionales. Es decir, comercialmente, la marca italiana esta deslindada completamente del automóvil y no hay intenciones de producirlo en serie.
Pero hablemos un poco de la imagen.
La inspiración que dice tener en el SZ es más espiritual que física.
El SZ, como ya lo hemos señalado, era un auto a medio terminar, cuyo atractivo radicaba precisamente en la rareza del conjunto. Una especie de hot-hatch, en una época en la que este concepto aun no existía, que fue el primer diseño por computadora de Alfa, y que, incluso nosotros lo hemos confesado en notas anteriores, podemos considerar un gusto culposo.
Este Giulia SWB por su parte, incluso como modelo único y producido sobre pedido para un afortunado cliente, esta a años luz del SZ. Aun así debemos aceptar que el auto está muy bien ejecutado.
Honestamente hay muy pocos genes heredados del SZ en el Giulia SWB Zagato, el más notorio son las triples lámparas frontales, después una cabina de dimensiones reducidas respecto al total de la arquitectura del auto y por último el tratamiento bicolor de la carrocería. Todo lo demás es una imagen de desarrollo actual sin unión genética al modelo que lo inspira.
El frente esta magistralmente ejecutado para entregar una versión moderna y agresiva de lo que debería ser el frente de un Alfa Romeo deportivo en la actualidad. El diseño fontal entero es una gigantesca toma de aire limitada en su parte inferior por un splitter y en la parte superior por el cofre que se derrama al frente para entregar la tradicional parrilla del triángulo invertido con el emblema de Alfa pintado sobre la rejilla, muy al estilo de los modelos deportivos de Bentley.
El perfil imita las extrañas proporciones de las ventanillas laterales del SZ, efecto que se diluye porque este no es un hatchback, sino un coupé.
Desde esta perspectiva, el auto es agresivo y elegante. El eje delantero está muy por delante de la cabina y el grueso poste C descansa cobre el eje trasero, lo que le da un porte agresivo y deportivo.
El perfil es pulcro. No hay excesos, La tensión visual se logra únicamente gracias a los volúmenes, no hay líneas de carácter, ni costillas que lo contaminen, el simple reflejo de luces y sombras que le conceden los volúmenes dibujan una silueta visual que va elevándose desde la ventila detrás del arco de rueda delantera hasta el costado. El reflejo del estribo ascendente adelgaza elegantemente el perfil del coche.
Las tradicionales ruedas de alfa de 5 círculos complementan perfectamente la vista lateral. Y claro está, este auto jamás podría presumir de ser un Alfa de pretensiones deportivas, sin el emblema del trébol de cuatro hojas de quadrifoglio sobre los salpicaderos.
Todo es perfecto hasta que miras el auto por detrás.
Zagato ha insistido históricamente en utilizar el esquema de doble burbuja en el techo de sus diseños. Y Ok, hubo una época en la que eso era necesario para dejar espacio a los cascos de los ocupantes de los autos de carreras, pero luce desagradable en cualquier cosa que no ruede sobre una pista de carreras.
El esquema de luces traseras parece una copia al carbón de un Aston Martin con las caídas laterales de las lágrimas de un Toyota Prius. Esquinas suavizadas y un esquema de luces horizontales, rematadas en cada costado por lámparas circulares al estilo del Giulia, serian mucho mas aceptables, por que lo que porta este modelo no tiene nada que ver ni con el SZ ni con ningún rasgo estético de algún modelo notable de Alfa Romeo. Podría ser un capricho del cliente, pero esta vista rompe la harmonía visual completamente.
El difusor inferior es excelente,
la posición de los escapes es magistral, pero el diseño de la luz trasera, es
lamentable. Debemos ser conscientes que al ser un desarrollo por encargo, este
puede haber sido un capricho del cliente y allí habría poco que reclamarle a Zagato.
Al interior hay residuos de los tableros de Stellantis: Curvos, toscos y artesanales. Extraídos directamente del Giulia, sin mayores sorpresas.
Aun a pesar de los detalles que no terminan por cuajar el en conjunto estético, esta es una muestra clara de la dirección que podría seguir Alfa Romeo si en algún momento quisiera competir realmente contra rivales como el Toyota Supra, el Nissan Z o el Audi TT, por ejemplo, porque aceptémoslo, un sedán de 4 puerta con motor Ferrari no hace sentido.
En esta ocasión, Zagato abandonó sus eclécticos diseños para abordar una concepción estética desde la perspectiva de algo muy cercano a la producción y que el ruido y expectativa que el modelo a levantado en los medios, es producto de un excelente trabajo.
No queda mas que felicitar a Zagato.
Créditos:
Imagenes: Zagato.