Si se hubiera hecho una encuesta acerca de lo que se esperaba que hiciera la compañía texana que compró el nombre y derechos de DeLorean Motor Company (DMC), el 99% de la humanidad habría respondido que deseaba un renacimiento del DeLorean MC-12, si señor, ese diseñado por Giorgetto Giugiaro en Italdesign, con su carrocería en acero inoxidable y puertas de ala de gaviota, aunque claro, sin el anémico motor V6 de Peugeot que ensombreció la imagen del DeLorean original porque tenía el desempeño de una minivan.
Pero, cuando vimos las imágenes del nuevo Alpha V, no sabíamos si reír o llorar. Pongámonos en contexto.
Por cierto, el auto DeLorean nunca fue bautizado o comercializado como MC-12. Este era su código interno de producción en tiempos de su diseño y de alguna manera permaneció identificándolo hasta hoy día en el que, John DeLorean desde donde quiera que este, debe estar igual de intrigado que nosotros por este nuevo auto: El DeLorean Alpha V.
La nueva DeLorean ha
presentado el Alpha V, un auto electrico del cual aún no hay información
técnica disponible aun, y al menos a nosotros nos parece uno de esos
emprendimientos a los que más vale ver en producción y rodando por las calles, antes
de poder creer.
Como dijimos al principio, el principal activo de la marca es la imagen icónica del MC-12. Pues bien, la nueva DeLorean contrató a Italdesign para unir histórica, estética y genéticamente al nuevo Alpha V y al MC-12.
Si esa era la intención, han fallado. Y es que no hay nada más complicado que reinterpretar a un auto de una generación anterior, altamente identificado en la mente del público y con una imagen icónica. Sobre todo si se trata de un diseño de los 80´s que se distinguía por las líneas rectas y ángulos agudos. Así le sucedió a Lamborghini al intentar revivir al Countach.
Ahora bien, si la idea no era reinterpretar al MC-12, ¿Para qué las persianas en la ventanilla trasera? ¿O las puertas de alas de gaviota?
Pero dejemos de lado la frustración y analicemos la imagen de este auto como si fuera un modelo nuevo.
El frente es muy alineado a las tendencias automotrices de hoy. La disposición horizontal de las lámparas sobre fondo negro que cruza todo el frente recuerda al Air de Lucid, al igual que las depresiones de los ductos aerodinámicos del cofre.
Mas que un DeLorean, pareciera que estamos frente a un coupé de Lucid.
El perfil delantero desde la base del parabrisas hasta la fascia delantera imita la imagen de cuña del MC-12, pero la portezuela de la toma de corriente rompe la fluidez de la imagen del perfil izquierdo. Del lado contrario, el perfil derecho, es más fácil apreciar el flujo de líneas y volúmenes, que no está mal pero falta dimensión y volumen que inspiren pasión. Se intento replicar las dimensiones del MC-12, con un cofre corto, agudo e inclinado al frente pero la inclinación del parabrisas no es tan agresiva como en el modelo original y esto le resta dinamismo.
Las puertas son enormes. Van casi desde el arco de las ruedas delanteras hasta el arco trasero donde se alojan unas ruedas muy desesperadas por evocar el diseño de las ruedas ochenteras del MC-12. Y aquí hay que señalar: Mientras algunos sedanes de 4 puertas intentan lucir como coupés de dos puertas, el Alpha V es de hecho un coupé que quiere lucir como un sedán de 4 puertas. Aquí reside la confusión visual en su diseño y la falta de unión genética con la imagen del MC-12.
El Alpha V no luce, al menos en imágenes, como un coupé. Tal vez como un Panamera en talla chica, pero no como coupé. Otro detalle faltante es el grueso pilar B que llegaba a la cabecera de los asientos delanteros. En el auto nuevo está mucho más atrás de este punto de referencia. Y la cola, que en el modelo original estaba por encima del marco inferior de las ventanillas traseras, en el Alpha V es mas bajo, lo que le da una apariencia jorobada y tímida.
El estribo en color contrastante debería de aportar dinamismo, pero coloca la cintura muy por delante de las puertas agudizando aún más la imagen de sedán al tener la cintura muy por delante de la rueda trasera. Si tan solo se invirtiera este detalle, el auto ganaría una tremenda imagen agresiva en el perfil.
El costado trasero y la ventanilla trasera, lucen aceptables, como si se tratara de un Nissan Z alargado. Este parecido se ve acentuado por el tratamiento bicolor de la carrocería. Pero las enormes puertas y el estribo invertido ya rompieron la magia. No se percibe como coupé.
La vista trasera, sin embargo, es muy agresiva. Nuevamente parte el auto en tres imágenes diferentes pegadas con adhesivo. Un frente sobrio, un perfil confuso y un trasero deportivo. Esta última, por cierto, es tal vez, la única imagen del auto que podría estar a la altura de lo que se espera de un DeLorean.
Los emblemas y bajorrelieves con el nombre de la marca en la moldura frontal, estribos, luminarias traseras y fascia trasera son un desesperado intento por recordarnos que este es un DeLorean.
Un emblema DMC coronando la imagen frontal habría sido, además de elegante más discreto y apropiado.
El diseño no es malo, pero el acercamiento estético al MC-12 es fallido. No tiene la imagen futurista del auto en el que se supone se inspira, ni tampoco sienta las bases de un diseño que lo distinga de la competencia del segmento que pretende atacar. Además, como pudiste leer, hay demasiados lugares comunes en su diseño. Mencionamos varios autos de la competencia a los que determinado detalle estético nos recordó, y cuando se mezclan tantas tendencias, el resultado es falto de personalidad propia.
Esperemos que DMC entienda que su mayor activo, la imagen del MC-12, no debe ser puesta en juego tan a la ligera. Por qué seguir intentando repetir un ícono, solo los llevara a un nuevo fracaso.
Y no. No quisimos hacer referencia deliberadamente al Dr. Emmett Brown, Marty McFly, el condensador de flujo o cualquier referencia a la película, porque seguro que en cada nota que leíste o leerás acerca del Alpha V, encontraras un mal chiste al respecto. Así que, si tu quieres este nuevo DeLorean, coloca tu pedido, tu anticipo, y prepárate a esperar que algún día te lo entreguen.
Créditos.
Imágenes: DMC