Aquí hablamos de autos, pero hoy
hemos elegido uno de esos temas periféricos que tienen que ver con los hombres
y mujeres y evidentemente, autos.
Y es que habrá quienes profesan alguna ideología que sostenga la
igualdad entre mujeres y hombres u hombres y mujeres, como tú lo prefieras, el
hecho es que no somos iguales y eso lo saben perfectamente las neurociencias (y
los fabricantes de autos).
Una reveladora estadística publicada por Edmunds revelo las siguientes diferencias al momento de comprar un automóvil nuevo:
En Estados Unidos, 1 de cada 5 hombres entra a los concesionarios sabiendo que tipo de auto desea. Mientras que apenas 1 de cada diez mujeres están seguras del auto que desean.
El 58% de los hombres encuestados
se declararon confiados de haber elegido el mejor auto, mientras apenas el 38%
de las mujeres estaban seguras de haber tomado la decisión correcta.
Acerca de cómo compran. El 69% de
los hombres prefieren marcas de lujo europeas mientras que el 73% de las
mujeres prefieren marcas japonesas (no de lujo).
Los valores destacados por los
hombres para elegir un automóvil son: (En orden descendente de importancia):
Diseño interior, diseño exterior, tecnología y rudeza, mientras para las
mujeres, la durabilidad es la característica más importante, seguida por la
rentabilidad, seguridad y precio.
Un dato muy importante es que los
concesionarios le ofrecen en promedio, precios $ 200.00 US Dls. más altos por
el mismo automóvil que a los caballeros. Ojo: Esto puede ser una práctica común
en otros países. Así que un consejo practico para las damas seria hacerse
acompañar de un caballero en la próxima compra de un auto nuevo.
Pero ¿Porque hay estas
diferencias?
Aunque el cerebro del hombre y
las mujeres, cumplen la misma función, y son básicamente similares, existen
algunas diferencias derivadas de la evolución, que no solo nos llevan a ser
diferentes, sino a racionalizar el mundo a nuestro alrededor de manera
distinta.
Algunas de estas diferencias han
sido analizadas por la industria automotriz desde el momento mismo en que se inventó
el automóvil, y no podemos negar que la influencia femenina ha venido moldeando
productos de la industria de acuerdo a sus necesidades, pero es evidente que la
industria automotriz, como la de la moda, tiene una división muy clara entre
los productos para damas y caballeros.
Mientras para algunas damas un deportivo
puede ser absurdo, caro incómodo y ruidoso. Para los hombres, una mini van puede
ser el peor insulto que un soltero puede manejar.
Analicemos algunos aspectos muy
básicos.
Para ningún hombre o mujer es un
secreto que el cerebro masculino se le complica analizar varios asuntos a la
vez, entonces, los hombres segmentamos la información. Mientras menos información se deba analizar,
será más sencillo. Tenemos que tomarnos unos momentos para analizar cada aspecto
de una decisión por separado. Esta falta de capacidad “multitask” del cerebro masculino es ampliamente explotado por la
industria automotriz y hace un tremendo trabajo de marketing con sus modelos
“para hombres” que va más allá de la publicidad tradicional.
Pensemos en modelos icónicos masculinos:
Aston- Martin, El Corvette de GM o el Mustang de Ford, son modelos que hacen
énfasis en la masculinidad de sus cualidades. Potencia, imagen, poder y
desempeño. Características que son fuertemente reafirmadas por las marcas a
través de películas, series de televisión, o revistas en las que hacen énfasis en estas cualidades aspiracionales de todo hombre.
Así, James Bond, el epitome del
héroe seductor, maneja un Aston Martin. Y créanlo señoras, cada hombre que
maneja un Aston Martin cree ser como James Bond. Si usted ocupa el asiento del
copiloto, no se extrañe en ser tratada como una “chica-Bond”
Este tipo de autos deportivos,
representa para muchos hombres, sobre todo aquellos atravesando la crisis de la
mediana edad, el refuerzo de aspectos personales, como el tamaño (si, tiene implicaciones
sexuales), la potencia, la fuerza, el liderazgo y todo aquello que implica ser
el macho más apto.
No importa que, en una ciudad altamente
congestionada, el poderoso auto, el macho-car elegido por nuestro hombre
necesitado de reafirmar su identidad, no pueda circular a más de 30 kilómetros
por hora debido a los congestionamientos. El simple hecho de que durante una
luz roja se haga rugir el potente motor de un Dodge Challenger Hellcat, por
ejemplo, al lado de, un Toyota Prius conducido por otro hombre, demostrara, en
alguna parte profunda y primitiva del cerebro del dueño del Hellcat, su poderío ante un
macho de una categoría inferior (El ecológicamente consiente dueño del Prius).
En las profundidades del cerebro masculino, no hay lugar para la conciencia ecológica.
En las profundidades del cerebro masculino, no hay lugar para la conciencia ecológica.
¡Se trata única y exclusivamente
de ser el macho más fuerte!
Hay también ejemplos de excelente
ejecución de imagen para un grupo de clientes definidos por el sexo. El New
Bettle, fue, en su momento el automóvil más femenino en el mercado. Todo es su
diseño apuntaba para ser el auto de Barbie. Pero cuando el mercado femenino comenzó
a decaer en ventas, VW trato de corregir el rumbo. Sin embargo, el 99% del
mercado identificaba al Bettle como una automóvil para mujer.
Mientras tanto las damas, son
capaces de analizar más elementos interconectados a la vez. El cerebro de la mujer analiza al momento de
elegir un auto, no solo el precio, la capacidad y practicidad y seguridad del vehículo,
antes siquiera de que el caballero que la acompaña sepa cuantos cilindros tiene
el motor del coche.
La potencia no será un factor
determinante, porque para la mayoría de las damas, el automóvil es una
herramienta, no un símbolo de status o poder.
Claro que, dependiendo la capacidad
económica, podemos ver damas felices de manejar desde un Toyota Avanza, hasta
una Range Rover Velar, por ejemplo. Pero créeme, que independientemente del auto
que manejen, las mujeres habrán considerado una infinidad de aspectos respecto
al auto, su precio, capacidad de carga y seguridad que los que los hombres
podemos siquiera imaginar. Y eso es porque las hermosas damas son capaces de
analizar más factores a la vez ya que emplean ambos hemisferios cerebrales de
manera simultánea. Mientras que el del hombre tiende a la especialización.
Las marcas lo saben y términos
como potente, deportivo, excitante, desempeño, aceleración y poder, son
términos que las marcas utilizan para “enamorar” a los caballeros.
Mientras que seguridad, familia,
vacaciones, libertad y “lleva todo lo que necesites contigo” son términos que
agregan valor para las damas.
Por otra parte, para nadie es un
secreto que el cerebro masculino recibe una fuerte influencia de la información
visual. Somos visuales, dirán los expertos en PNL.
Por eso los colores, diseño, iluminación,
incluso el diseño del clúster de instrumentos y la cantidad y forma de los
botones en los modelos deportivos están pensados para el hombre.
Hace algunos años, cuando GM
lanzo en México la Captiva Sport. La maneje por algunas semanas y la lleve a
casa. A mi esposa le fascinó, pero a mí nunca me convenció. Cuando ella me
pregunto ¿Qué me parecía la camioneta? Mi respuesta más espontánea y visceral,
expulsada desde los oscuros rincones de mi cerebro fue: –¡No me gusta!; Es una
camioneta para señoras. El tablero es demasiado simple. No tiene muchos botones.
-
Lo anterior es solo un ejemplo de
que a la mayoría de las mujeres les gustan los autos sin complicaciones en
manejo, capacidad de transporte o mantenimiento. Mientras a los hombres, cada
mañana que subimos al automóvil, hacemos parecer simple el ritual de despegue
de un piloto de un avión caza de combate. Encender un auto, poner a punto el
sistema de audio, configurar la posición del volante, aire acondicionado,
multimedia, los mapas, etc., rememoran el residuo del ritual prehistórico de
preparación de cacería que esta incrustado en nuestra memoria genética.
Por otra parte, las mujeres harán
énfasis en la seguridad y confiabilidad. El auto es una herramienta que sirve
para llevarlas del punto A al punto B, y en la cuestión estética, no las define
como al hombre, en todo caso es un accesorio de belleza que les complementa.
Pero un auto nunca las definirá.
¡Benditas diferencias! Hombres y
mujeres nos complementamos. Y hay un auto para cada uno.
Fuentes:
Kelley Blue Book
CBS News
Edmunds
Yale Law
Créditos:
FCA Global.
GM Press
Ford Press
VW Global
Daimler