En algún momento del siglo pasado, la necesidad de ventas rompió las barreras de los nichos de mercado en la industria automotriz. Porsche construyo una SUV, Audi ha subido su imagen a una de marca premium e incluso Cadillac ha intentado construir sedanes de alto desempeño.
¿Por qué no Mercedes y BMW podría construir un subcompacto con configuración hatchback?
¡Y lo hicieron!
La interpretación de BMW de un compacto sin cajuela de
desempeño alegre inicio en el 2007 y siguió la formula ya conocida de su coupe
sub-compacto, arquitectura sobre la cual se desarrolla también el hatchback de
3 y 5 puertas e intento dar a BMW un contendiente contra el VW Golf, Audi A3,
Mercedes-Benz Clase A y el Ford Focus entre otros.
¡Menudo problema para BMW! Intentar competir en un segmento
en el que algunos fabricantes le llevaban décadas de ventaja y tenían en sus
salas de exhibición a leyendas como el Golf
GTI o el Focus RS.
BMW pudo ahorrar mucho dinero gracias a que la plataforma de este automóvil
es también la base del Mini Cooper.
Lamentablemente el menor de los hermanos bávaros se lanzó en la mitad de la
peor etapa de diseño de BMW en
muchos años y a pesar de sus cualidades dinámicas, este hatchback alemán no
pudo presumir nunca de algo que caracteriza a su competencia loca: Un buen
diseño. El Serie 1 Hatchback siempre
adoleció de un diseño poco innovador, incluso falto de personalidad, viejo.
Su frente era muy similar al del
su hermano mayor de la Serie 2, su
perfil dominado por un cofre y habitáculo delantero de motor extremadamente
largo, fuera de proporción para un hatch tradicional, su perfil de ventanas y
poste C copia al carbón de los mismos elementos del Opel Astra H y una
estética trasera muy gótica, hacían que pudieras optar por un Serie 1 por precio, por prestigio de
marca, status o prestaciones mecánicas.
Alguien que mencionara que se decidió
por un Serie 1 por su imagen estaba
mintiendo.
La segunda generación del Serie 1 mejoro en muchos aspectos,
lamentablemente a su imagen exterior, se le dedico poco esfuerzo. Seguían
luciendo como un Astra H que consumió
esteroides. Incluso el Astra de aquella
generación siempre me pareció mejor logrado.
Una vez recuperados los gastos de
esta segunda generación y con una competencia que le ha superado notablemente, era
tiempo de que BMW hiciera algo al respecto.
¡Y lo hicieron!
BMW nos dice que este nuevo modelo tendrá nuevos sistemas chasis,
tecnologías innovadoras y rediseños en prácticamente todos los componentes del vehículo.
La tercera generación del BMW verá la luz en unos días, pero por
las imágenes liberadas tenemos el privilegio de poder disertar acerca de su
imagen. Y si, este BMW viene
contagiado del tan criticado mal de las últimas generaciones de BMW, Una parrilla grande y con falta de
fluidez con el resto del diseño. En otras palabras: Su parrilla es horrible.
Si tú tienes más de 40 años y
desarrollaste tu amor por BMW por
aquella parrilla de ancho completo con apenas unos pequeños marcos cromados al
centro que simulaban una parrilla doble, este BMW no revivirá tu nostalgia.
Las parrillas y lámparas
delanteras cuyo diseño llega a la parte horizontal del cofre y salpicaderos no son
agradable. Los patrones elegidos para los paneles de plástico de la parrilla
lucen igual de toscos que las enormes parrillas de otros modelos.
Las fascias delanteras distinguen
a cada versión y hay un marcado esfuerzo por hacerlos lucir diferentes,
lamentablemente se logra a costa de la imagen del vehículo. El 118i porta una fascia con un diseño con
todos los males estéticos de la actual filosofía de diseño de BMW: Sin carisma
ni refinamiento. El M X-Drive porta
una sonrisa en la toma de aire inferior que no pega con BMW
El perfil merece un análisis detallado.
Aquí hay algunas cosas buenas y otras no tanto. Empecemos por lo bueno; El
cofre es igual de desproporcionado que en las anteriores generaciones. Pero el
conjunto de lámparas delanteras que se corren hacia atrás sobre los
salpicaderos disminuye esa sensación.
La línea de carácter de la parte
inferior de las puertas en un rasgo que recuerda al Focus.
El perfil de las ventanas ha sido
por fin actualizado para que de perfil este BMW no sea confundido nunca más con un Astra H. Ahora podrá ser confundido con el de un Volvo V40.
Alguien debe decirles a los
ingenieros de BMW que el poste C
define el perfil de un auto, mucho más en el caso de un hatchback, y si alguien
lo duda allí está el Golf.
Por detrás, este flamante modelo
repite el error de diseño de las últimas generaciones de fabricante; Luces
traseras tan horribles, que las podría esperar en un Toyota Prius de última generación, pero no en un BMW. Los outlets verticales en la
defensa y el difusor simulado, no sin dignos de este auto. Lucen viejos y es
una formula muy repetida ya.
Por dentro, BMW lucha por ser tradicional y conservar su tradicional configuración
de mandos, sistema de entretenimiento, tablero rejillas de aire acondicionado.
Pero en este modelo “pequeño” parece que el resultado estético está muy
saturado. Como si se hubiera adoptado el tablero de un auto más grande en un espacio
demasiado pequeño. Además, hay una extraña mezcla de líneas y ángulos rectos y líneas
sinuosas. Parece que, en algunos aspectos, el automóvil fue diseñado por muchas
personas que no se comunicaron entre sí.
No dudo en ningún momento que este
automóvil posea la tradicional eficiencia dinámica de BMW. Que sea un pequeño y ágil bólido que hará que su propietario
se sienta complacido.
Pero por el precio que tendrá y
su imagen, por lo menos en mi caso, preferiría sin dudarlo un Clase A de Mercedes, un Focus, un Audi A3 o incluso (Creí que nunca diría lo siguiente) ¡Un Volvo!
Lamentablemente este BMW no mira al futuro. Va recogiendo claves de diseño que nos llevan siempre al pasado.
Creditos: Imagenes BMW.
Lamentablemente este BMW no mira al futuro. Va recogiendo claves de diseño que nos llevan siempre al pasado.
Creditos: Imagenes BMW.