Hubo un tiempo en que la
excelencia automotriz alemana le fue arrebatada a Mercedes Benz, sus autos eran
copiados por las marcas japonesas, sus clientes potenciales eran solamente
algunas personas de edad considerable y la clientela joven prefería BMW o
incluso Audi por que el Mercedes era solo para el abuelo.
¡Ya no más! Desde hace algunos años a la fecha Mercedes inicio una importante revolución
tecnológica y estética de la cual estamos apreciando en los modelos actuales
apenas la punta del iceberg.
Un ejemplo reciente de lo que
te comento en estas líneas es el reciente lanzamiento del nuevo Mercedes Benz AMG GT, un vehículo que corona el reciente cambio de filosofía de la marca
alemana y que lo coloca nuevamente en el gusto de personas que antes nunca
hubieran considerado manejar un Mercedes.
La denominación AMG es
suficiente para indicarnos que este vehículo es realmente un GT, no solo un
emblema en el salpicadero. Su construcción, obsesiva y exacta como la de todo
auto alemán inicia con un chasis de aluminio. Fiel a sus raíces, la planta de
poder está colocada en posición central-delantera. En esta amplia bahía, el
deportivo monta un V8 4.0L bi-turbo que se ofrece en dos versiones GT con “solo”
462 bh y la GT S de “apenas” 510 bh.
Cuando se conjugan las
denominaciones Mercedes y AMG siempre hay que esperar magia tecnología. En este
vehículo la magia vien via los montajes de los turbos, Este es el primer auto cuyos turbos están montados internamente en el motor, una muy
ingeniosa solución denominada “hot inside V” de acuerdo a la casa.
El GT S es capaz de
catapultarse de la inmovilidad total a los 100 km/hr en apenas 3.8 segundos y
ruge constantemente hasta que la aguja del velocímetro alcanza los 310 km/hr.
Estéticamente es uno de los
deportivos actuales mejor presentados. A pesar de que las imágenes son buenas,
no le hacen justicia, es auto es mucho más impresionante en persona.
Su frente es una interpretación
muy agresiva de la imagen actual de la gama de la marca.
Las fascias, lámparas e inlets
abandonan los trazos rectos y adoptan contornos suaves, curvos y sensuales que
sin embargo no le restan potencia a la imagen total.
Las lámparas son excelentes.
Las dimensiones del cofre,
como en todo deportivo de Mercedes son proporcionales a su potencia. Esta inmensidad
queda demostrada en la enorme distancia entre la parte trasera del arco de la
rueda delantera y la división entre el guardafangos y la puerta.
Se repite la eterna salida de
aire de los modelos deportivos de la casa, pero en esta ocasión afecta
positivamente el contorno de la puerta; da volumen y relieve.
A partir del poste A, podemos
ver que las dimensiones se compactan. El cielo describe una suave parábola que cae hacia la parte
trasera donde sin embargo, el cristal
trasero los costados musculosos y las lámparas traseras horizontales recuerdan
las soluciones estéticas de Porsche.
En su interior, como en todo
MB de última generación solo cabe un adjetivo: ¡Excelente!
Parece que, a pesar de que
tiene dimensiones de GT americano y cabina y parte trasera de alemán, Mercedes
logra una buena definición estética que de evolucionar en la dirección correcta
le permita crear un nuevo lenguaje estética para Mercedes AMG.
Créditos:
Fuente e Imágenes: Daimler
Press.