Los 60 vieron consolidarse a
varios fabricantes de automóviles bajo la pluma de las casas de diseño
italianas.
Colin Chapman, entonces CEO de Lotus, decidió que la presencia de Lotus en la F1 debía de ser replicada en las calles con un modelo a la altura.
Si bien el radical Lotus Europa había
cimentado las bases fundamentales de la filosofía de los Lotus de producción,
su imagen ya no daba para más.
El proyecto de diseño original
para el próximo Lotus se firmó en 1971 con Italdesign y conforme a las
tendencias de diseño de entonces, el resultado fue un compacto deportivo de
baja altura, diseño de cuña al frente, y líneas rectas y cortes angulares.
El primer prototipo se presentó
en Ginebra a la par que otra leyenda de automovilismo; El Countach de
Lamborghini.
Sin embargo mientras el Lamborhini
montaría un motor derivado de sus plantas de poder para la fórmula 1, Lotus apostaría
por la filosofía de automóviles ligeros, aerodinámicos y plantas de poder
pequeñas.
Antes de su lanzamiento en
1976, se plantearon varias opciones para la denominación comercial. El nombre
Kiwi, se manejó fuertemente, pero la tradición de bautizar cada modelo Lotus con
un nombre que inicia con la letra E, derivo en la elección de Esprit.
El vehículo de serie sufrió las
variaciones lógicas de la traducción del concepto a un automóvil de producción pero
la esencia aerodinámica y ligera de su imagen permaneció intacta.
El principal aporte del Lotus
Esprit es que nunca antes un deportivo ingles había sido tan vanguardista visualmente.
Su planta de poder de 4 cilindros
y 160 bhp fue muy inglesa y compacta para el gusto Estadounidense.
Un lugar común que conlleva una
carrocería tan afilada al frente con motor central son los problemas de
enfriamiento. Además de algunos cambios estéticos, el mayor rasgo diferenciador
de la segunda generación fue la incorporación de inlets de enfriamiento detrás de
las ventanillas traseras con lo que se soluciona el sobrecalentamiento.
En 1981, se lanzó la tercera generación,
el Esprit cuenta entonces con 3 variantes, de las cuales el más agresivo era el
turbo, que también inicio la tradición de horribles calcomanías en el Esprit.
Este podría ser considerado el
último Esprit derivado del diseño original por que en 1987, el Esprit comenzaría
con re diseños que marcarían el principio del fin.
11 años era un ciclo de vida
muy extendido aun en los 80. Y el Esprit había sobrevivido de manera discreta,
pero la competencia de entonces apretaba fuertemente. El proyecto denominado
X180 fue encargado a Peter Stevens, un prominente y joven diseñador inglés.
El automóvil no solamente era
un intento por actualizar su mecánica sino también, una actualización de imagen
exterior.
Las mejoras mecánicas le permitían
alcanzar ya 240 km/h y gracias a la propiedad accionaria de General Motors en Lotus, también de un
sistema de inyección multipunto y otras partes que se podían ver en el tablero
del automóvil.
La estética, sin embargo
presentaba un resultado confuso. El automóvil es completamente nuevo, pero la estética
no evoluciono lo suficiente para que el público en general lo percibiera como
tal.
Algunos detalles estéticos lucían
mal resueltos. Los spoilers, faldones y fascias lucían como agregados en un S1,
más que un automóvil nuevo.
En 1993, se hace un nuevo
intento por mejorar al Esprit y mantenerlo al día. Sin embargo el resultado es
poco afortunado.
Estéticamente el S4 presentaba
las mismas líneas rectas del S1 en la parte superior de su carrocería, chocando
con líneas suaves y elípticas en su parte inferior.
Mecánicamente era mucho más
sofisticado que los modelos previos, ya que contaba con dirección hidráulico,
ABS y A/A, pero la estética era el resultado de la mezcla de muchos estilos
superpuestos.
Los últimos modelos del Esprit
fueron el 350 que montaba un V8 que combinado con su ligera carrocería lo hacia
uno de los deportivos más temperamentales en las pistas.
Su estética termino muy
contaminada. Los inlets y outlets plagaban la parte baja de su carrocería, las líneas
elípticas de la parte baja de la carrocería chocaban con los angulosos detalles
de su carrocería superior que nunca se suavizaron lo suficiente.
El peor detalle se agregó en
1999, cuando a la marca se le adaptaron unas lámparas traseras redondas que
deformaban la vista trasera del auto.
En 1999, el Esprit fue
descontinuado.
A pesar de que nunca fue el más
veloz, o el de mejor estética, el Esprit definió durante más de dos décadas al
deportivo ingles de vanguardia, en una era en la que muchos fabricantes británicos
agonizaban.
Por sus raíces, características
mecánicas, volumen de producción reducido e imagen, el Esprit es una clásico de
la historia automotriz.
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Imágenes: Wikimedia, Google
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