Durante
la primer mitad de los 80, Honda experimentaba un boom en sus ventas. Había pasado
de ser solo una compañía de autos compactos a fabricar sedanes medianos que
sentaron nuevos estándares de desempeño y confiabilidad en el que entonces era
el mercado más grande del mundo: Estados Unidos.
El auge era tan grande que a su equipo de diseño se le dio la oportunidad de experimentar nuevas posibilidades de ingeniería.
El entusiasmo llevo al resultado lógico; ¿Cómo sería un súper auto Honda?
La
arquitectura tradicional de motor delantero-tracción delantera no era opción para
un deportivo así que lo lógico siguiendo los estándares europeos seria motor
central y tracción trasera.
En
1983, hubo otro evento que cambiaría la imagen general de Honda.
En la F1, McLaren contaba con el poderoso patrocinio de Marlboro, los mejores pilotos de su tiempo; Senna y Prost. Únicamente faltaba una planta de poder poderosa y confiable y fue Honda quien la proveyó para generar uno de los ensambles más exitosos de todos los tiempos de la F1.
Por otra parte y para 1984, Honda contaba ya con el primer prototipo de plataforma para 2 pasajeros de motor central y tracción trasera: el UMR.
Lo
avances posteriores se centraron en conseguir centros de gravedad bajos para el
desarrollo.
Al
tiempo que todo esto pasaba, Honda necesitaba aprovechar la proyección internacional
que le otorgaban los triunfos de McLaren en la F1 para abrir nuevos mercados,
lanzar Acura en Norteamérica y establecer un lazo entre sus desarrollos de la
F1 y sus automóviles de producción.
La
obsesión de Honda por el desempeño y la maniobrabilidad desemboco en un automóvil
que tenía la mezcla perfecta de poder, distribución de peso, y prestaciones
para hacer de aquel auto un vehículo perfectamente civilizado.
Tan
manejable como un sedán y con un desempeño capaz de superar a cualquier
deportivo de su tiempo.
El monococo era de aluminio. Un avance notable para aquello años.
Comercialmente
cumplió con todas las expectativas. El Honda/Acura fue lanzado y sentó nuevos
precedentes en tecnología y maniobrabilidad del automóvil dándole a Acura en Norteamérica
y a Honda en el resto del planeta una imagen renovada.
Estéticamente Honda menciono siempre que el perfil de su cabina estuvo basado en el perfil de
un F16 pero lo más notable del auto era su bajo perfil de apenas 1.170 mts.
La
imagen era discreta, probablemente la característica visual más sobresaliente serían
sus luces traseras completas que ascendían a su spoiler a manera de brake light
elevado.
Su
motor era un V6 de 2.9L en posición central.
Después
el NSX recibió ligeras mejoras y muy pocos rediseños por lo que una vez que Honda dejo la F1, la imagen del NSX se diluyo.
¡Pero
esa historia fue hace más de 25 años!
Hoy Honda prepara el lanzamiento de un nuevo NSX.
El
nuevo NSX será más largo, más ancho y más alto que su predecesor y montara un
nuevo V6 twin turbo en posición central con tecnología hibridas y tracción en
las 4 ruedas. Las ruedas delanteras serán movidas por dos motores eléctricos independientes
mientras que las traseras por el motor a gasolina.
Como
nuevo auto halo para Honda, la imagen es primordial y las expectativas sentadas
por su predecesor son enormes.
Estéticamente
el frente es complicado. No hay una tendencia de líneas dominantes. Incluso la
rejilla central es diferente a las laterales. Las lámparas delanteras de multi luces
al estilo Acura es una imposición para unirlo al ADN Acura. Para un auto de
estos alcances tecnológicos se esperaría algo a la altura de las luces laser
del BMW i8.
La
barra de aluminio del frente lo hace lucir como un Civic. En lo personal esperaríamos
que las propuestas estéticas salieran del NSX, no que este las tomara de la
gama actual de Honda.
Esperamos
que los outlet del cofre sean funcionales, por lo menos para fines aerodinámicos,
porque de no ser así es otro exceso estético.
El
perfil es su mejor ángulo. La estética corresponde a la de un deportivo de
altos vuelos. El outlet en la parte trasera del arco de ruda delantero es un
detalle muy elaborado pero que cumple estéticamente complementando la costilla
lateral que corre hasta la toma de aire lateral en el costado.
Ahí
adopta la tendencia de poste C falso o sobrepuesto ala BMW i8 y el nuevo Ford GT. No nos
gusta el efecto desde una perspectiva de ¾ pero da volumen al costado trasero
que tiene una curva en relieve para evidenciar este efecto desde el perfil.
Atrás,
las reminiscencias del NSX original solo están presentes en las luces completas
mientras que nuevamente se hacen presentes detalles de la gama actual con los outlet
trasero que recuerdan a lo visto en el Fit y las lamparas traseras tienen ADN de la gama actual.
Al
interior hay terminado impecables. Luce sobrio elegante y bien terminado.
Este
nuevo NSX será para la generación que conocimos al predecesor es una promesa y
para la nueva un desarrollo que permita unir a su auto con la Formula 1.
¡Solo hacen falta que las plantas de poder de la F1 de nuevo notoriedad a Honda!
Créditos:
Fuentes: Honda Press.