No lo es.
Entonces ¿Por qué Mazda tiene tantos adeptos?
Seamos honestos, antes de esto, Mazda fue siempre gris.
Esos rasgos felinos, minimalistas, esbeltos y alargados han sido traducidos exitosamente en toda la gama Mazda, incluso en sus SUV’s, excepto en el MX-5.
Desde su lanzamiento, no ha habido nadie que maneje un Miata o MX-5 que cuestiones sus virtudes dinámicas. Es divertido, ágil, compacto. Cumple con lo que debe esperarse de un mini coupé de dos plazas. Con una planta de poder de 2.0 litros que genera 181 hp. El pequeño japones tiene mas que suficiente paras ser un auto de manejo divertido (Ojo: dijimos divertido, no deportivo).
Pero presenta el problema de que, por sus dimensiones y características de configuración, es incompatible con lo que Mazda llama Diseño Kodo. Y no solo eso, es un auto realmente poco agraciado.
Si bien es cierto su perfil es minimalista, carente de líneas de carácter, definido solo por sus volúmenes, tiene varios problemas de imagen que parecen difíciles de conjugar con el Kodo.
El poste C hace un esfuerzo por ser grácil, pero el montaje de la ventanilla detrás de los asientos es tan corta y alta, que no hace más que reafirmar que la altura de la cabina es desproporcionada contra el largo del vehículo.
En el frente se ha procurado mejorar la insípida parrilla del Miata de primera generación, adoptando el actual esquema de Mazda, pero se queda corto. Sobre todo, porque la parrilla esta montada por debajo de las lámparas delanteras y no tiene esa unión de elementos presente en modelos más grandes de la marca, en la que las lámparas flanquean a la parrilla.
La parte trasera es la más desafortunada. Los prominentes arcos de rueda, hacen que la parte trasera se adelgace abruptamente haciéndole lucir deforme. Esperaríamos un trasero ancho proporcionalmente a las dimensiones del auto, al estilo de Lotus Elise, pero el ancho se reduce tan dramáticamente después del eje trasero, que la distancia entre las lámparas traseras es mucho menor que el ancho de via trasero. La configuración de las mismas, en su momento parecían una interpretación a escala de las de un Jaguar XF. Basta decir que lucen burdas, mal logradas.
Seamos honestos, el Mazda MX-5 puede ser el mas divertido de los coupés actuales, un compacto de dos plazas ágil y accesible, con cualidades dinámicas que, gracias a su talla, dan la sensación de superar a autos de mayores prestaciones y tamaño, pero queda muy corto ante rivales de su mismo concepto como Lotus o Alpine.
Estéticamente es el menos atractivo no solo de este segmento, sino también de la gama de Mazda, y aunque por precio es muy accesible, no es un Gran Turismo y tiene serias limitaciones espaciales y ergonómicas.
Es, en pocas palabras, un pequeño auto que podría competir talvez con un Mini convertible para circular por la ciudad y algún destino suburbano de corto trayecto.
Repetimos, es un auto divertido, como divertido puede ser un payaso, pero no es un deportivo.
Dadas sus limitadas posibilidades de comercialización, el MX-5 debe ser considerado como lo que es: Un auto juguete. Aunque para el 2022 tendrá ciertas ventajas sobre el actual, control vectorial, algunos colores exteriores y de tapicería nuevos, niveles de equipamiento mas variados, el MX-5 ya tiene ese aspecto de viejo, que achaca a los autos después de algunos años sin cambios.
Créditos:
Imágenes: Mazda.