El
Mustang como tal, siempre ha sido un derivado de un sedán con un diseño atractivo
y seductor. La mezcla perfecta entre rendimiento, civilidad e imagen que ha
enamorado a entusiastas generación tras generación desde hace poco más de 50
años.
Parte
del encanto del Mustang es esa eterna rivalidad con el Chevrolet Camaro, una
rivalidad que además de ganar ventas ha permitido a cada uno de los fabricantes
crear una imagen de producto y refinar las prestaciones de sus respectivos
deportivos buscando superar constantemente a su contraparte.
Entre
las características que siempre se busca mejorar, claro está, se encuentra el
desempeño.
Mientras
Chevrolet siempre ha sido más corporativa y fría y su Camaro de alto desempeño
simplemente deriva de la codificación del equipamiento; Z28.
Por
su parte la casa de Dearborn tiene una historia mucho más interesante y romántica
y en sus modelos de alto desempeño el nameplate del Mustang siempre ha estado
ligado a una de las leyendas más grandes del automovilismo norteamericano;
Carrol Shelby.
En
1965, tomando como base el Mustang, Shelby decidió crear un automóvil de producción
sin pretextos ni excusas y la resultante fue el GT350.
A
50 años del lanzamiento del primer GT350, Ford trae de nuevo a la vida al
Mustang más brutal en su más reciente interpretación.
Ford
dice que la idea detrás de esta nueva generación del GT350 es la misma que
inspiro a Carrol Shelby: Se tomó como base un Mustangy de ahí se le exprimió
todo el potencial para hacer de un auto moderadamente deportivo, una verdadera
bestia de pista, capaz de enfrentar a rivales que por su precio podría pensarse
que están muy lejos de las capacidades de un Mustang.
El
poder de este nuevo Mustang deriva de un nuevo 5.2 litros que tiene toques tecnológicos
que lo ponen a la altura de motores europeos.
Una
de las características más notables de este nuevo motor es la disposición “plana”
que permite un orden de encendido que alterna los bancos de pistones, con lo
que se reduce la superposición de pulsos de presión de escape que aunado a
otras nuevas características, permite al motor una “respiración” más eficiente
y por tanto mejor rendimiento. 500 bhp y torque por encima de las 400 lb-ft.
Tal
cantidad de potencia requiere de niveles de rigidez torsional incrementados.
Ford lo sabe y este factor se incrementó en un 28% para este nuevo potro.
Este Mustang también es el primero en utilizar dampers MagnaRide. Estos esta
rellenos de fluido con partículas de acero que se activan electrónicamente cuando
se requiere para cambiar la tensión de la suspensión. Los sensores monitorean
las condiciones del camino 20 veces por segundo y los cambios a la suspensión se
pueden hacer de manera automática cada 10 milisegundos mejorando el desempeño dinámico
del automóvil según se requiera de acuerdo a las condiciones del camino y
exigencia del tipo de manejo.
El
diseño también fue modificado en búsqueda de un mejor desempeño dinámico; De
acuerdo a Chris Svensson, cada elemento a partir del parabrisas y hacia atrás del
auto se modificó en búsqueda de masa generación de agarre aerodinámico, y flujo
de aire para enfriamiento de componentes.
Visualmente
es el Mustang MkVI que más me convence hasta el momento.
El
outlet en los salpicaderos delanteros es la clave de diseño más notoria, talvez
porque nunca antes se utilizó en un Mustang. No desentona pero luce como lugar común
a lo visto antes en el Nissan GT-R, Porsche Panamera y el Corvette C7.
Los
cambios más notorios visualmente están en la parte frontal, pero a menos que
seas un fan del nuevo Mustang, tengas uno o los hayas visto en persona ya en un
dealer Ford, estos no modifican notoriamente el frente pero si lo hacen lucir
mucho más agresivo.
El
diseño del spoiler inferior de la nueva fascia es probablemente uno de los
mejores logrados por Ford. Es elegante, estético y balanceado. Luce bien
terminado. Mucho mejor de los terminados por ejemplo de un Cadillac CTS-V que
lucen como add-on, este Mustang tiene un aire de respeto por el diseño sin
escatimar en costos.
Al
frente, tal vez uno de los elementos visuales que más convencerán a los
aficionados y conocedores del Mustang es ese pequeño emblema con la tradicional
Cobra de Shelby que promete un desempeño despiadado para el nuevo potro y
aunque por el momento Ford no ha revelado los números del pony-car,
considerando que su rival directo es el Camaro Z28, esperamos un desempeño acorde.
Créditos:
Ford
Motor Company.