Todo en la vida son ciclos. Van y vienen como las mareas, se repiten con nuevos matices, pero con la misma esencia. En el diseño automotriz no es la excepción. A veces creemos que todo se trata de innovación y futuro, pero la industria —como nosotros— también se alimenta de nostalgia.
Porque para saber hacia dónde va el diseño de los autos, primero hay que entender de dónde viene. Y en muchos casos, lo que viene... ya lo hemos visto antes.
El Pasado
En 1994, durante el Salón de
Detroit, Volkswagen sorprendió al mundo con el debut del VW Concept 1,
una reinterpretación moderna del querido Beetle. Diseñado en el estudio
californiano de la marca, este concept fue el resultado del talento de J.
Mays y Freeman Thomas. ¿El resultado? Una oleada de nostalgia en
miles de fanáticos que, por una u otra razón, nunca pudieron tener un Beetle
original en su garaje.
Ese momento fue el punto de
partida de una era que hoy recordamos con cariño: el boom del diseño retro.
Una corriente que tomó formas clásicas del pasado y las actualizó con
tecnología y plataformas modernas. Modelos como el New Beetle, el Chrysler
PT Cruiser o el Ford Thunderbird MkXIII surgieron bajo esta
corriente, atrapando miradas y corazones por igual.
En particular, J. Mays,
quien después pasaría a las filas de Ford en 1997, dejó una marca indeleble en
el diseño automotriz. No solo colaboró en el renacimiento del Thunderbird, sino
que también participó en la evolución de marcas icónicas como Jaguar, Lincoln
y Aston Martin. Su visión fue clara: el diseño retro tiene un poder
emocional único. Apela a recuerdos, activa la nostalgia y genera deseo
inmediato, algo que muchos autos modernos simplemente no logran.
A partir del éxito de estos primeros modelos retro, la industria se desbordó con propuestas que homenajeaban épocas pasadas. No era simplemente copiar el pasado, era traerlo de vuelta con un nuevo propósito.
El Presente:
Hacia finales de la primera
década de los 2000, la fórmula retro comenzó a mostrar señales de desgaste. Las
nuevas generaciones parecían menos interesadas en los íconos del pasado y más
seducidas por las promesas de futuro. Y entonces, llegaron los autos
eléctricos... y con ellos, algunas de las decisiones de diseño más
cuestionables que hemos visto.
Modelos como el Toyota Prius
MkIV (2015-2022) dejaron atrás cualquier atisbo de elegancia para volverse
casi caricaturas de sí mismos, como si la eficiencia energética justificara el
abandono del buen gusto. Durante esta etapa, muchos fabricantes creyeron que un
auto eléctrico debía lucir tan “futurista” como su tecnología, y eso dio pie a
proporciones extrañas, superficies caóticas y diseños que, con suerte, solo su
creador podría amar.
Sin embargo, algo cambió. En
lugar de seguir esta estética extrema, algunas marcas de lujo y alto
rendimiento optaron por regresar al pasado… pero esta vez, con una mirada
más madura. Autos como el Lamborghini Countach LPI 800-4 o el Bugatti
Centodieci rescataron no solo nombres míticos, sino líneas maestras de
modelos legendarios, y las integraron a plataformas modernas con resultados
espectaculares.
Fue un recordatorio potente: la
nostalgia, bien ejecutada, nunca pasa de moda. Y en un mundo lleno de
crossovers anónimos y parrillas sobredimensionadas, ver un Countach moderno o
un De Tomaso P72 es como encontrar un oasis visual en medio del desierto
digital.
¿El Futuro?:
No pretendemos ser adivinos, pero
en una industria sacudida por el cambio tecnológico, la irrupción de
fabricantes chinos y un entorno geopolítico cada vez más volátil, las marcas
automotrices —como muchas otras industrias— enfrentan un reto mayúsculo: adaptarse
a una nueva generación de consumidores. Hablamos de usuarios
hiperconectados, tecnófilos, exigentes y con una visión completamente distinta
del transporte personal.
En medio de esta encrucijada, el
diseño automotriz parece dividirse en tres grandes caminos.
1. El diseño disruptivo
Encabezado por modelos como el Cadillac
Celestiq, Kia EV6, Toyota Crown, Lucid Air y
similares, esta línea apuesta por el riesgo y la innovación visual, con
proporciones inéditas, superficies limpias y una clara intención de
diferenciarse. Los SUV eléctricos como el Kia EV9 o el Cadillac Lyriq
representan este grupo: futuristas, casi conceptuales, pero listos para las
calles.
2. El diseño tradicional
Aquí encontramos a los titanes de siempre, que prefieren evolucionar lentamente: Cadillac Escalade, Lincoln Navigator, Mercedes-Benz Clase G, Chevrolet Suburban, Ford Explorer. Son vehículos que respetan su legado, sin renunciar del todo a lo nuevo.
3. El neo-retro inteligente
Y luego está Hyundai, que
se ha convertido en el nuevo enfant terrible del diseño automotriz. Tras años
de experimentar con ópticas y parrillas poco convencionales, ha encontrado una
voz propia al reinterpretar el pasado con una claridad asombrosa.
Modelos como el Ioniq 5,
el Ioniq 9, el futurista N Vision 74 o el concepto Insteroid
no solo rescatan formas retro, sino que lo hacen con buen gusto, equilibrio y
un dominio de las proporciones digno de elogio. Este nuevo lenguaje visual
combina líneas rectas, inspiración de los 70 y 80, y una ejecución
contemporánea que emociona incluso al más escéptico.
Mientras tanto, Kia, su
marca hermana, ha optado por un frente tipo “oruga metálica”, una
apuesta estética que ha dividido opiniones y que, para muchos, roza lo
innecesariamente disruptivo. Por su parte, Stellantis, con un portafolio
europeo que aún no termina de despegar fuera del continente, parece más
enfocado en reorganizar su ajedrez interno que en marcar tendencia en el
tablero global.
Y eso sin contar a los fabricantes chinos, cuya evolución en diseño ha sido tan vertiginosa como impredecible. Aunque siguen mostrando cierta inclinación a la copia, cuando se atreven a liberarse de ese molde, son capaces de proponer ideas radicales y genuinamente refrescantes.
El problema sigue estando en otra parte: la
calidad, la confiabilidad y el servicio posventa. Su infraestructura de
repuestos y atención sigue siendo deficiente, escasa y muchas veces
improvisada. Sin embargo, ante la pausa estratégica de muchos fabricantes
occidentales, todo apunta a que el próximo ciclo de diseño podría estar
liderado desde Oriente.
Créditos:
Imágenes: Respectivo fabricante.
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