Con la explosión demográfica de
la década de los 60 en estados unidos, las familias requirieron autos cada vez más
accesibles. Por otra parte, la llegada de los primeros autos importados,
subcompactos y de bajo precio, obligó a los fabricantes estadounidenses a responder.
Desde su lanzamiento en 1964, el Malibu fue el auto de Chevrolet que debía responder a las nuevas necesidades del mercado. Un automóvil que no sería demasiado grande, demasiado equipado, demasiado caro, y por tanto tampoco sería demasiado atractivo. Incluso desde su nombre, poco inspirador, el Malibu fue siempre un sedán familiar con muy pocos argumentos atractivos. De hecho, en sus inicios, ni siquiera era un modelo, el Malibu era apenas una subserie de equipamiento alto del aún más austero Chevelle.