Hay ocasiones en la vida, cuando haces algo extraordinariamente bueno, que el inconsciente te juegauna mala
broma y después es difícil que lo vuelvas a superar por que sentaste estándares
tan altos y creaste en tu mente una fórmula del éxito tan efímera y subjetiva que en lugar de superarte te repites y corres el riego del volverte obsoleto.
Gordon Murray participo como el líder del diseño de uno de los autos más icónico de los últimos tiempos: El McLaren F1. Un auto que hizo que por primera vez la escudería inglesa produjera un auto “de calle” por si misma, que elevara el concepto de exótico a híper-deportivo y que inflara el maltratado ego automotriz ingles después de que históricamente tuviesen fama de producir autos feos y de baja calidad y que estaban perdiendo el control de marcas inglesas tan icónicas como Bentley, Lotus o Rolls-Royce.