Todo
buen aficionado a los autos sueña con tener un garaje donde descansen sus más
profundas y lujuriosas fantasías automotrices.
No
se trata de una obsesión enferma que te obliga a querer poseer uno de todos lo ejemplares notorios en la historia
automotriz como le sucede a Jay Leno.
La fantasía consiste en poseer esos autos
con los que serias feliz sin convertir tu casa en un museo o sin tener una mandíbula
ridículamente prominente. Simplemente el sueño de poseer el coche que todo
aficionado debería de manejar una vez en su vida (Por orden alfabético):