Stellantis tiene un nuevo CEO, efectivo a partir del 23
de junio de 2025 Antonio Filosa tomará las riendas de una etapa crítica para el grupo
automotriz. Con 14 marcas bajo su paraguas y presencia global, Stellantis es
una megacorporación nacida de la fusión entre PSA y FCA que nunca ha logrado resolver sus tensiones internas ni de consolidar una estrategia coherente ante
el futuro.
Tras la salida de Carlos Tavares, un líder con resultados financieros contundentes pero cuya gestión dejó fracturas operativas, productos desincronizados y desequilibrios regionales, el reto de Filosa no será continuar, sino replantear. Y lo tendrá que hacer rápido.
A continuación, analizamos los
cinco principales desafíos que enfrentará en esta nueva etapa.
1. Reconstruir el frente
norteamericano
La región más rentable para Stellantis, Norteamérica, ha sido también la más descuidada. Dodge,
Chrysler y en menor medida RAM, atraviesan una sequía de producto
y visión estratégica. Mientras tanto, rivales como Ford y GM ya están
posicionando pickups eléctricas, SUVs híbridas y propuestas tecnológicas de
software propio.
Filosa ya dio señales de atender
esta urgencia: recortes de inventario, nueva estructura directiva y diálogo
renovado con distribuidores. Pero el verdadero reto será reposicionar las
marcas americanas con productos contemporáneos sin romper su herencia de
músculo y performance. Y como siempre, lidiar con el cáncer de la industria
automotriz norteamericana: La Union Auto Workers (UAW)
2. Redefinir el portafolio
europeo sin perder identidad
En Europa, Stellantis ha logrado
mantener el volumen con marcas como Peugeot, Citroën, Opel y Fiat,
pero sin una propuesta diferenciadora clara en la era de la electrificación. Las
ineficiencias industriales y confusión de marca generan amplios
portafolios de productos poco diferenciados
Filosa deberá elegir: ¿reducir el
portafolio a lo esencial o mantener la diversidad a costa de complejidad
operativa? Además, el peso regulatorio del continente europeo exige
estrategias de electrificación más rápidas, sin que eso signifique pérdida de
rentabilidad.
3. Unificar una cultura
corporativa aún fragmentada
La fusión PSA–FCA no ha madurado
del todo. Lo que sobre el papel parecía una integración funcional, en la
práctica sigue siendo una federación de culturas, métodos y prioridades.
Ingenieros, directivos y cadenas de suministro siguen operando con criterios
dispares.
Antonio Filosa no solo deberá
marcar rumbo, sino generar cohesión interna. Y eso solo se logra con
decisiones ejecutivas claras y una nueva narrativa de grupo. La cultura
empresarial será tan importante como los próximos lanzamientos.
4. Rescatar el valor emocional
de las marcas
Stellantis tiene uno de los
catálogos más amplios de la industria: Maserati, Jeep, Alfa Romeo, Lancia,
DS, Abarth, Opel, Vauxhall, Dodge… Pero pocas de esas marcas tienen hoy una
conexión emocional fuerte con el consumidor moderno. Incluso algunas, como Chrysler
han sido puestas en el limbo, agonizando sin productos y con una percepción de
marca inexistente por parte del cliente joven.
La mayoría han sido tratadas como
fichas financieras, sin una dirección creativa clara. Filosa deberá de poner
especial énfasis en el marketing de todas las marcas, creado una imagen de
ellas para cada nicho de mercado. Sera especialmente importante reencender
el deseo, particularmente en marcas de nicho como Alfa Romeo, donde
el diseño y la herencia importan más que la eficiencia.
5. Convertir a Stellantis en
una empresa de tecnología, sin perder el alma
Quizá el mayor reto de todos sea transformar
a Stellantis en una empresa tecnológica, al nivel de lo que hoy representa
Tesla, BYD o incluso Hyundai/Kia. Tavares inició este camino con STLA Brain,
STLA SmartCockpit y un sistema operativo propio. Pero todo está en fase
beta.
Hacer la transición de un gigante
burocrático y despectivo con sus propias marcas a una empresa admirada por sus
desarrollo tecnológicos no será fácil, pero es indispensable. Las marcas de
Stellantis han quedado atrapadas en el pasado, con una imagen gris, poco inspiradora,
cara e ineficiente.
Filosa debe acelerar el paso, no
solo en software, sino en plataformas eléctricas, conectividad, IA,
experiencia de usuario y movilidad compartida. Todo eso sin sacrificar el
ADN mecánico que muchas de sus marcas aún representan.
Conclusión:
Antonio Filosa tiene la
experiencia y el conocimiento interno, la visión internacional y la confianza
del Consejo. Lo que falta ver es si tendrá la vision para romper inercias,
simplificar lo complejo y al mismo tiempo, reinventar la esencia de
Stellantis como casa de marcas icónicas.
En una industria que se reinventa
cada seis meses, no bastará con mantener el rumbo: será necesario redefinirlo.
Créditos:
Fuente e imágenes: Stellantis®
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